"Disfrazar las estatuas: escultura clásica y pintura en España en el siglo XVII" es el título de la ponencia de Ángel Aterido Fernández, Doctor en Historia del Arte de la Universidad Complutense de Madrid, dentro del Curso de Verano "La segunda vida del arte clásico: pervivencias, cambios y renacimientos".
"La pintura del XVII y la escultura clásica tiene una relación lógica. Es una presencia disfrazada y un poco esquiva", comienza explicando. "En el siglo XVII se establecen como modelos canónicos de volumen y de representación gráfica". "El método de aprendizaje en las academias de pintura era siempre copiando modelos nobles -yesos de aire clásico- y cuando se era mas ducho se pasaba a los elementos tridimensionales hasta llegar a la figura real".
Antonio Palomino, en su decálogo, diferencia a los escultores por su frialdad, frente a la pintura que es capaz de captar el alma. Pese a ello, hay numerosos ejemplos de pintura realista inspirada en esculturas clásicas. Disfrazarse en una de sus afecciones es disimularse: el color hace que la escultura parezca real, que llegue a que el espectador quiera tocarla.
Diego Velázquez es uno de los pintores que opta por el naturalismo preminente en la época, pero muchos de sus personajes parecen basarse en esculturas clásicas de la etapa republicana e imperial, que también son realistas. En "La fragua del Vulcano" se remite al Apolo griego. O en "Santo Tomás de Aquino", "Marte", "Mercurio y Argos" o "Sibila", que se identifica con las imágenes de medallas antiguas, elemento que se retrata en muchas pinturas.
En un encargo del rey, Velázquez viaja a Italia para traer al Palacio Real una colección de pinturas italianas, a lo que añade vaciados de esculturas para reproducirlas posteriormente. Algunos de esos yesos se conservan hoy en la Academia de Sn Fernando.
Murillo también juega con el pasado clásico, en su propio autorretrato, basándose en escenas funerarias que se utilizaban en las casas señoriales.
Juna Buatistia Maino también recurre a la inspiración en la escultura clásica en el retablo de las Cuatro Pascuas de Toledo.
En el Barroco español, Zurbarán muestra sus Cristos crucificados dolientes con un gran realismo, "basándose en un modelo anatómico de la escultura helenística", en opinión del ponente.
Las estatuas antiguas en el Barroco eran peligrosas porque suponían idolatría. De hecho, en las imágenes de los santos, representan a los santos con esculturas caídas y fragmentadas.
¿Cómo se trataba el desnudo en España en esa época? finaliza preguntandose Ángel Aterido. La mujer es siempre una Venus como la de Medicci tapándose los senos y el vientre., o Afrodita, que inspiran a los pintores de la época como Claudio Coelllo o Sebastián Muñoz, que humanizan esculturas. La "Venus del espejo" de Velázquez es el ejemplo paradigmático del uso del desnudo en la época.
No hay comentarios:
Publicar un comentario