José Nicolás Saiz López, profesor Tutor de Historia Antigua del Centro Asociado de la UNED en Cantabria, centra la segunda sesión del Curso de Verano en "El descubrimiento del Mundo Clásico a través de su cultura material y su impacto en el Arte", desde la caída del Imperio Romano en el año 479 hasta la llegada del Renacimiento en los siglos XV y XVI.
Según el ponente, la Edad Media supone una transformación y no una desaparición del Imperio Romano, que ya en el siglo III se había dividido en época de Teodosio en Imperio Oriental y Occidental. En 410 se produce el saqueo de Roma y en 476 cae el último emperador romano occidental. Después de esto ¿qué ocurre con el arte clásico tras la caída del Imperio Romano?, se pregunta.
A partir del siglo IV, dos calamidades se abatieron sobre esto, las invasiones de los pueblos germánicos, en la mayoría no violenta sino más integrando poblaciones migrantes, como ocurre en Hispania. Y la segunda es el triunfo del cristianismo, que tras el edicto de Constantinopla (381), el arte clásico deja de producirse en su vertiente pagana y se destruyen sus imágenes y símbolos.
Tras estas calamidades, el arte clásico se destruye, se abandona o se reutiliza. Por ejemplo, el templo de Artemisa en Éfeso, una de las siete maravillas del mundo, tardo un siglo en levantarse, en el 356 fue incendiado coincidiendo el día del nacimiento de Alejandro Magno. En el 401, el cristianismo expolia y destruye los restos que quedaban. Y en el siglo V, de lo poco que queda de él se utiliza para iglesias como Santa Sofía de Constantinopla. En el último tercio del siglo XIX, unos arqueólogos ingleses lo redescubren y salvan una columna y algunas esculturas.
Otro ejemplo de abandono es el Coliseo Romano. Construido en el siglo I con una estatua colosal hoy perdida dedicada al emperador Nerón. Es un anfiteatro dedicado a batallas navales y espectáculos de gladiadores, con fieras. Fue usado hasta el siglo VI, ya con un rey ostrogodo. Tras su clausura fue abandonado y se empleó como iglesia, cementerio o talleres. En el IX y XIV sufre dos terremotos y se cae parte de su estructura. Fue cantera de materiales y Mussolini manda demoler parte de su estructura, una fuente cercana. En la Segunda Guerra Mundial fue víctima de bombardeos y en 1980 es declarado Patrimonio de la Humanidad.
El vedutismo en el siglo XVIII trata de representar el pasado imperial romano, un tipo de paisajismo. Otro género es la pintura de ruinas, que incluye personas interactuando con los restos arquitectónico. También se van a representar esos edificios en acción, llenos de vida.
Y, como modelo de reutilización están varias iglesias cristianas que usan antiguas basílicas romanas.
Para el ponente, tras la caída de Constantinopla en 1453 finaliza la Edad Antigua y comienza el Renacimiento y el interés por lo clásico. Su origen se remonta a la llegada a la península itálica de artístas griegos que huyen de la caída del imperio de Oriente y comienzan a reproducir el arte bizantino. Se añade la reproducción filológica, como traducciones de textos de latín y del griego, redescubriendo la retórica, la filosofía y la historia -pintura, arquitectura, escultura y otras artes, promoviendo el desarrollo de herramientas para recuperar ese arte clásico-.
En el siglo XIV desaparecen grandes construcciones en la ciudad de Roma al perder la capitalidad del Cristianismo denominado decadentismo. A partir del siglo XVIII, se intenta conocer cómo era la ciudad original, buscando la ciudad imperial en varias y numerosas fuentes que describen el arte clásico.
En el siglo XVIII trae el anticuarismo o coleccionismo de antiguedades, auténticas enciclopedias visuales con fósiles, son el germen de las academias y sociedades de intelectuales. El segundo fenómeno del siglo es el "grand tour", que eran viajes de la aristocracia con interés artístico o arqueológico por Italia, Grecia o Egipto. Antes de los viajes, se estudiaban los textos clásicos para desentrañar la valorar las ruinas de esos lugares. Y, en tercer lugar, las excavaciones y descubrimientos de Pompeya y Herculano, dos ciudades romanas sepultadas por la erupción del Vesubio, que materializaba aquello que se leía en los textos clásicos. "Este descubrimiento influyó en el interés por el arte clásico", según Nicolás Saez. "Pompeya sigue descubriendo cómo vivían los romanos, su arquitectura doméstica".
Y en el Siglo XIX seguimos descubriendo cosas, como Troya y Micenas por parte del arqueólogo aleman Heinriech Schliemann, basado en textos de Homero como La Iliada. La descubre en 1873 junto al Tesoro de Príamo o la Máscara de Agamenón. El británico Artur Evans descubre la Creta Minoica comenzando las excavaciones 1878 hasta 1930. Evans excava el palacio de Cnosos, "Y estos descubrimientos sirvieron para inspirar y recuperar temas clásicos como la guerra de Troya en diferentes estilos y géneros como la "minotauromaquia" de Picasso (1935)", concluye.
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