Segunda
jornada del curso dedicado al ciclo de la vida de las mujeres de la nobleza en
Díez Fernández ha comenzado su intervención haciendo referencia a la “discutida veracidad” de los retratos de Miguel de Cervantes que conservamos. En ellos la presencia de una “gran frente” connota una atribuida inteligencia.
En
las obras de Cervantes “observamos muchas mujeres que no se corresponden con el
resto de las que aparecen en otros textos de la época”. La imagen que se traza
de las mujeres en las referencias de
La literatura de la época no “busca la originalidad”, sino la “imitación de los mejores”. Cervantes encuentra modelos de “mujeres poderosas” en las novelas de caballería.
En los títulos de las ‘Novelas Ejemplares’, (Miguel de Cervantes, 1613) encontramos la importancia de las mujeres. Una de sus características es que son todas bastante jóvenes, a excepción de la protagonista de ‘El casamiento engañoso’ –pese a que el personaje tiene 30 años–.
En ‘La gitanilla’ Cervantes arranca con el
estereotipo de que “todos los gitanos son unos ladrones”. El relato termina con una anagnórisis, pues la protagonista, que ha sido raptada y educada entre
gitanos, resulta ser de origen noble. Una de las características de este personaje es
que “aunque le diera el sol, no se ponía morena”. La protagonista es, según
Cervantes, “hermosa y discreta”, aunque también algo “desenvuelta”, un adjetivo
con carácter peyorativo en la época. Además, el nombre del personaje, Preciosa,
implica no sólo “belleza”, sino que tiene un “precio alto”. Preciosa tiene
algunos elementos en común con
En ‘La española inglesa’ un caballero inglés, llamado Clotaldo, tras la invasión inglesa de Cádiz, rapta una niña y la lleva a Londres. Aunque la familia inglesa la educa en los valores cristianos, –pues son "secretamente cristianos" en una Inglaterra protestante–, su estatus es el de “esclava”. Isabela reúne condiciones de nobleza que pueden resultar en un “buen matrimonio”. El hijo de Clotaldo y su esposa Catalina, Ricaredo, se enamora de Isabel y pide a sus padres romper el compromiso del matrimonio concertado con una chica escocesa. La reina Isabel, enterada de la existencia de la joven pide que la lleven a su presencia. Tras una serie de avatares, en los que prevalece la “virtud y la belleza interior”, se hace posible la boda entre Ricaredo e Isabela.
La exposición ha concluido con la reiteración de José Ignacio Fernández Díez sobre la aparición de “personajes femeninos atípicos” en los relatos de Cervantes, que se contrapone a la visión de otros textos de la época.
Esther Alegre Carvajal ha destacado que, pese a la aparición de estos personajes femeninos jóvenes en la literatura, los estudios demográficos ponen de manifiesto que “las mujeres trataban de postergar los matrimonios a partir de la veintena”, ya que de esta forma ejercían cierto “control sobre la natalidad”.
La
segunda intervención de la mañana ha llevado por título ‘Jóvenes nobles que no toman estado. Beatas y dirigidas espirituales de
la nobleza: modus vivendi y mecenazgo en instituciones eclesiásticas’,
impartida por Macarena Moralejo –Profesora Ayudante Doctor. Departamento de
Historia del Arte. Universidad Complutense de Madrid–.
En lo relativo al concepto tradicional de beata en España, encontramos textos como ‘Aviso de gente recogida’ de Diego Pérez de Valdivia, publicado en 1585.
Las “beatas” son mujeres que toman la decisión de “convivir de forma independiente, alejadas de sus familias de la sociedad, haciendo de la vida religiosa una razón de existencia y una forma de subsistencia”. Adoptan un hábito religioso (“monjil y toca”) como vestimenta entre los muros de su residencia, “propiedad de ellas mismas o de su familia”. A menudo utilizan la indumentaria de la orden tercera de San Francisco de Asís, es el caso de las mujeres de la familia Mendoza que habían “optado por enterrarse como terciarias con el cordón de San Francisco”.
Profesan
el celibato “ocupándose en exclusiva de la oración y las obras de caridad bajo
la dirección espiritual de jesuitas o de cualquier otro religioso”. Sebastián
de Covarrubias en la definición del término “beata” en su Tesoro de la lengua
castellana publicado en 1611 se hizo eco
de la asociación de significado con “bienaventurada”. Covarrubias incide en que
estas mujeres “pretendían alcanzar un estado superior a través de la vida
recogida y la tranquilidad de ánimo”.
Más allá de las decisiones individuales o colectivas, cualquier beata “debía adoptar el modelo de santidad como referente”, circunstancia que implicaba “la renuncia al mundo material, la mortificación de los sentidos y purificación permanente para el establecimiento de una comunicación perfecta con el Padre Eterno”. A partir del siglo XVI, en un periodo de cambios y reformas en el plano religioso, sacerdotes, teólogos y miembros de las altas jerarquías eclesiásticas “alentaron entre las beatas la aceptación de una vida de recogimiento y recato”.
Esta forma de vida “despertaba suspicacias” entre las familias y las instancias oficiales. A lo largo de los siglos XVII y XVIII “el rechazo y desprecio hacia las beatas se acentuó”. El Diccionario de Autoridades publicado en 1726 recoge que la beata era “irónicamente y en significación contraria, y según el vulgo, la mujer que, fingiendo recogimiento y austeridad, vive mal, y se emplea en tratos y ejercicios indecentes y perversos”.
En
muchas ocasiones la figura del director espiritual “condiciona la voluntad de
las beatas”. Ser “beata” implica también “la renuncia a la maternidad”. En los
textos de
La “beata” tendencialmente se “mimetiza con la noción de virgen y virginidad”, algo de lo que da cuenta la pintura de la época. Las mujeres de clase media alta rechazan el lujo accesorio mediante una “contención decorativa” pero mantienen algunos elementos ornamentales que favorecen la devoción.
Por último, Moralejo, ha glosado la figura de Catalina de Mendoza (1542-1602) y su vinculación a la compañía de Jesús.
El cierre del ciclo de conferencias de la sesión matutina ha estado regido
por Javier Burrieza Sánchez –Profesor Titular de Historia Moderna. Universidad
de Valladolid–, con ‘Gobierno de
La exposición ha tratado sobre el hecho de ser monja en la edad moderna dentro del universo de las órdenes religiosas. Además, ha abordado el retrato de la monja noble: “Ser hija de quien soy en cualquier rincón”, en palabras de María Esperanza de Aragón. También se han contemplado sus funciones de gobierno en los conventos y monasterios y en calidad de reformadoras. Por otro lado, se han abordado casos de nobles, monjas y artistas y aquellas que fueron propuestas como modelos de la santidad.
El estado seglar en los siglos XVI y XVII “es considerado inferior”. Entre las órdenes religiosas podemos distinguir entre “monacales, mendicantes y regulares”. En el siglo XVII aparecen distintas congregaciones cuya misión es, entre otras, la educación, aunque exista para ellas, también, la clausura.
En
el siglo XVI surgen una serie de conventos dentro de las ciudades, buen ejemplo
de ello son los creados por Santa Teresa de Jesús (1515-1582). El Concilio de
Trento supone un “reforzamiento de la clausura”. En algunos de los conventos
podíamos hallar nobles como Margarita de
En sesión de tarde, Silvia Z. Mitchell, –Associate Professor of History. Prude University, Indiana (USA) y URJC–, ha llevado a cabo una exposición sobre ‘Ser madre y ser reina. La regencia femenina en el ciclo político de las reinas: el caso de Mariana de Austria’.
Mariana de Austria (1634-1696) ocupaba una “posición privilegiada dentro de la dinastía”. Fue educada “en la corte y la política dinástica y participó en rituales de la corte”. Además, tuvo tutores y maestros compartidos con su hermano Leopoldo I y fue instruida “en alemán, latín y español”.
Mitchell ha destacado la larga trayectoria política de Mariana de Austria tanto como reina consorte (1649-1655), como durante la regencia de su hijo Carlos II (1665-1675). Durante su periodo de actividad tuvo que hacer frente a los conflictos con Luis XIV por el territorio español en los Países Bajos o la independencia de Portugal. La profesora ha destacado que Mariana se desempeñó “como una estadista de primera clase”. La relación de la reina con su hijo Carlos tiene una doble vertiente “personal y política”.
María
Jesús Fuente Pérez, –Catedrática Historia Medieval. Universidad Carlos III de
Madrid–, concluyó el turno de intervenciones con la ponencia ‘Madre hay más que una. Mujeres de la
realeza y de la nobleza ante la maternidad. Siglos XV-XVI en los reinos
hispánicos’.
Cabe plantearse si las mujeres nobles y las del pueblo se enfrentaban a los mismos problemas a la hora de entender la maternidad. El gran modelo de madre es el de María, “que fue virgen antes, durante y después del parto”. El periodo de la concepción conlleva “problemas físicos y condicionantes ideológicos”, el parto tiene asociado “el riesgo de muerte” y después aparecen los “problemas derivados de la crianza”.
Para
En cuanto a los métodos para concebir se ideaban “pociones diversas” totalmente nocivas para la salud de las mujeres. Por otro lado, también, se apelaba al “rezo”. Pero, además, existían métodos para no concebir, entre ellos los anticonceptivos que servían tanto para no provocar el embarazo como para deshacerse del feto, algo “castigado por la ley, la religión y la sociedad”.
¿Qué mujeres querían o necesitaban ser madres? Sobre todo, “las reinas y las mujeres de la nobleza”, pero también “las campesinas” debido a posibles sanciones económicas (“vasallo mañero”).
A la
hora de parir ya encontramos testimonios previos a
A su vez nos encontramos las prescripciones de los “teóricos de la maternidad” en textos como los de Francisco de Villalobos o Bernardo de Gordonio. Estas obras tienen su continuidad en los siglos XVI y XVII.
En
cuanto a los partos de las reinas tenemos algunos ejemplos como los de Isabel
En
el caso de las “madres privilegiadas” se plantea la opción de la elección de
nodriza. El contrato se realizaba “entre hombres”, el padre de la
criatura y el marido de la nodriza. A instancias de las condiciones para ser nodriza se
valoraba una “salud del cuerpo” y la “salud del alma”, por “las ideas y las
leyes sobre la transmisión de valores a través de la leche”, también
En
lo referido a la crianza encontramos numerosas imágenes pictóricas de
María Jesús Fuente Pérez ha concluido destacando que la mayoría de las problemáticas de la maternidad ya estaban planteadas desde hace siglos, lo que apareja la necesidad de un estudio acerca de su evolución y repercusiones sociales.
La jornada ha finalizado con una mesa de debate titulada ‘Ciclos de vida femeninos y ejercicio del poder’.
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