miércoles, 13 de julio de 2022

Ciberacoso: violencia digital y salud mental

 

Manifestaciones de violencia escolar y digital: una mirada desde la prevención al delito

 



Las dos agentes de Participación Ciudadana de la Policía Nacional ofrecieron la última conferencia centrada en la labor de prevención real que llevan a cabo con la ciudadanía. El ciberacoso escolar es un daño intencional y repetido de un menor o un grupo de menores hacia otro menor. La asertividad y la empatía son fundamentales para prevenir el acoso. Destacaron que “tener confianza en la policía es importante para atajar los casos de ciberacoso”.

 

“La omisión es parte del ciberacoso escolar”, dijeron, y es necesario fomentar la empatía y que los casos salgan a la luz. Para ello, hay que “enseñarles a poner nombre a las cosas y los sentimientos”, por lo que deben saber qué es la empatía y la asertividad para entender y expresar lo que le sucede a la víctima. Otros conceptos relacionados son la autoestima y la dignidad, explicaron, “todo lo que existe es digno y merece respeto”.

 

Hablaron también de la importancia de los testigos, “para la víctima lo más devastador es la indiferencia del grupo en el que creían que podía apoyarse”.

 

Es necesario trabajar los conflictos entre todos los implicados para que se produzca una respuesta eficaz.

 

El club de los secretos

 

Es un libro enfocado a la prevención de la violencia contra la infancia y el fomento de la cultura del buen trato. Elaborado en colaboración con Unicef, explica a los niños de forma didáctica los principios del respeto hacia los demás. Está recomendado para menores entre 6 y 8 años y es un material de trabajo para la policía en las aulas.

 

El objetivo es prevenir cualquier tipo de violencia. Explica a los menores que existen secretos buenos que no se cuentan (regalos, fiestas sorpresa…) y “secretos malos que sí deben contarse como los abusos tanto de otros menores como de los adultos”. Explica que se deben contar a personas de confianza como el personal docente, padres, policía o personal sanitario.

 

La obra está narrada por una mascota para llegar más fácilmente a los niños.


Respuesta socioeducativa a los problemas de convivencia y de salud mental en los adolescentes

 



El curso terminó con una mesa redonda que analizó la respuesta socioeducativa a los problemas de convivencia y salud mental de los adolescentes.  

 

Carlos Monge, profesor del departamento de Didáctica, Organización Escolar y Didácticas Especiales de la UNED, habló sobre los programas de mediación y los alumnos ayudantes. La convivencia es la ausencia de violencia, la construcción de un ideario común y ha de ser pacífica. “No tenemos que abordar las estrategias de convivencia de forma aislada, hay que integrarlas en todos los campos y personajes que intervienen.

 

Explicó la diferencia entre los programas de mediación y de alumnos ayudantes.

 

La mediación tiene varios protagonistas, las dos personas que tienen el conflicto y un tercero neutral que media para resolverlo regulando los procesos comunicativos, pero no es ni juez ni árbitro. En general, el mediador suele ser un alumno. La mediación es una estrategia innovadora y creativa, ya que lo más habitual es el modelo punitivo por parte del profesor.

 

Los beneficios de la mediación son tan amplios que van desde la reducción de conflictos hasta el crecimiento socioemocional de las partes implicadas, afirmó el profesor, que explicó seguidamente el proceso de mediación, que incluye un seguimiento al acabar el proceso.

 

En cuanto al programa de alumnos ayudantes, dijo que son entrenados para la detección de problemas que posteriormente derivan a quien corresponda. Todo el proceso tiene que estar supervisado por el coordinador. Los estudiantes elegidos como ayudantes gozan de la confianza de sus compañeros, gestionan bien la convivencia, apoyan a quienes tienen problemas y están pendientes del rendimiento académico del resto. En general, están capacitados para prevenir los conflictos.

 

Diego Galán Casado, profesor de UNED del departamento de Teoría de le Educación y Pedagogía Social, intervino online para hablar de un proyecto deportivo para trabajar la recuperación de personas con trastornos mentales graves. Trabajó como educador con estas personas que, en general, tienen problemas relacionales y de desplazamiento.




Realizan el proyecto en las instalaciones del Canal de Isabel II en Madrid donde tienen una liga de fútbol y otra de baloncesto, así como actividades puntuales como senderismo, boxeo, tenis de mesa, tenis o balonmano. El objetivo es que los integrantes sean participativos en todos los ámbitos.

 

Uno de los problemas de estas personas es la estigmatización por parte de la sociedad y su repercusión en la autoestima. En este sentido, también realizan actividades encaminadas a la interrelación entre las personas con trastorno y el resto.

 

El proyecto favorece las relaciones y la vida personal saludable. Estructura la vida diaria y genera responsabilidad. También mejora la sintomatología y es un entorno que favorece las relaciones interpersonales en estructuras menos rígidas que la sanitaria.

 

De cara al futuro, ampliarán el número de deportes e implantarán este proyecto en otros ámbitos como el penitenciario. Para finalizar mencionó el proyecto Inclúyete de la Universidad de Almería, que ha creado un videojuego para que los alumnos puedan conocer la realidad de una persona con una enfermedad mental.

 



Eva Jiménez Muñoz, profesora colaboradora de la UNED y coordinadora del curso, aportó una perspectiva que engloba todos los campos analizados. Habló del objetivo de crear sociedades más justas, pacíficas y objetivas.

 

Dentro del entorno académico, uno de cada tres alumnos puede ser víctima de acoso escolar, según Unicef. La adolescencia es un concepto sociocultural que se centra en el aprendizaje, la madurez cognitiva y el desarrollo de las relaciones sociales. Enumeró algunas prácticas beneficiosas para este desarrollo y puso como ejemplo el deporte, la alimentación adecuada o respetar las horas de sueño.

 

En cuanto a la violencia, dijo que la ley ya recoge la obligación de proteger a los menores de esta en cualquiera de sus variantes. En la violencia escolar, la más común es el bullying donde se establecen diferentes roles tanto entre los acosadores como entre los acosados.

 

Respecto a estos últimos, el colectivo LGTBI o los discapacitados son los más vulnerables ante el acoso. No piden ayuda por sensación de impotencia y se sienten aislados socialmente.

 

Tras enumerar los diferentes tipos de acoso escolar, se centró en el cibernético. El uso de las nuevas tecnologías está generalizado entre los adolescentes quienes hacen un uso excesivo y sin control de los mismos. Sobre los factores de riesgo, dijo que son múltiples y que abarcan todas las facetas de la vida de los adolescentes.

 

La violencia durante el noviazgo en parejas adolescentes afecta a una de cada 10 parejas. Algunos de los abusos son el control emocional, físico o sexual, que en ocasiones se han normalizado. Además, existe una correlación entre la violencia escolar y de pareja.

 

Para finalizar habló de los factores de prevención de la violencia desde la familia, el entorno educativo y el resto de ámbitos de la vida de los adolescentes.

 

Cristina Sánchez Romero, directora del curso, habló junto con las agentes de la Policía Nacional para cerrar las jornadas de trabajo. Realizó un resumen de las aportaciones del resto de ponentes y puso de manifiesto los problemas detectados en los adolescentes, que se han visto agravados con el covid.

 

Hay que dar una respuesta a las necesidades de esta parte de la sociedad, tanto desde el punto de vista institucional como educativas.

 

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