Jornada de clausura del curso
Los pueblos amerindios y la salud
El curso llegaba a su fin, pero
aún quedaban dos puestas en escena antes de cerrar.
La primera de las propuestas de
hoy, a cargo del antropólogo social Gerardo Fernández Juárez, nos ha acercado al
tema de “La cirugía como problema en los pueblos amerindios”. Atendiendo a los
resultados de un trabajo de investigación de la Universidad de Castilla-La
Mancha, realizado durante los años 2001-2003, en Bolivia, Fernández Juárez nos
planteaba las particularidades sociales de la población indígena de los Andes y
las complicaciones que se plantean a la hora de aplicar políticas
interculturales de salud y, concretamente, en el ámbito de la cirugía.
Fruto de este análisis, explicaba
el antropólogo, observamos las reticencias de esta población ante la ayuda
médica ajena a su comunidad, las dificultades de acceso a los servicios de
salud y la particular visión de la cultura aimara sobre la concepción de la
salud y el cuerpo. El estudio desprendió la importancia de la lengua como
elemento de expresión y como forma de acercamiento al enfermo. Por otro lado, era
muy importante la relación con los médicos originarios que utilizan criterios en clave simbólica, ceremonial y experimental para el tratamiento de
enfermedades.
En el caso de la cirugía, todas
estas circunstancias hacían aún más complicado que el ciudadano pudiera
beneficiarse de las medicinas tradicionales (occidentales). La idea del
hospital era para ellos algo extraño. La sangre es concebida como un elemento difícil
de reproducirse, lo que supone allí un problema importante para la práctica de
la cirugía a la hora de hacer transfusiones. Además, en los Andes, prima la
idea hermética del cuerpo como un componente completo que hay que conservar
hasta la muerte, sin extraer ningún miembro.
Gerardo Fernández Juárez,
durante su exposición.
De todo ello, concluía el
ponente, se desprende la necesidad de hacer un esfuerzo para ver la mirada del
otro, para poder entender su situación y
para saber cómo se puede actuar en el beneficio de la gente. Hay que establecer
modelos de acuerdo y de conversación. Las conclusiones de este estudio se
recogieron en la publicación Salud e
Interculturalidad en América Latina, con la esperanza de que este tipo de
investigación pudiera aportar datos y sugerencias concretas para el mejor
entendimiento entre los diferentes actores implicados en actividades
relacionadas con la salud y la enfermedad en estas poblaciones indígenas.
Saberes tradicionales y clausura
El broche final al curso, lo
ponía el director del mismo, Honorio Manuel Velasco Maillo, quien era
presentado como “uno de los pilares de la institucionalización de la
Antropología en nuestro país” por el coordinador de esta iniciativa, Ambrosio
Sánchez de Ribera.
“Estamos interesados todos los
antropólogos en que la Antropología sirva de algo a las sociedades”, señalaba
el director del curso. Particularmente en la Medicina, la idea es que con la presencia
de la Antropología se contribuya en algo a restablecer la proximidad con el
paciente. “Lo que nos interesa no es una visibilidad brillante sino estar en el
núcleo entre los ciudadanos y las instituciones”, añadía Velasco Maillo.
Ya metido en su conferencia, con el
título “Conocimiento moral. La salud y
los saberes tradicionales”, el antropólogo empezaba haciendo alusión al
concepto de los saberes tradicionales como saberes locales, ligados a la tierra,
que se aprenden por “observación participante”. En un momento de la historia,
ante el avance del progreso y de la ciencia, la mirada de una parte de los
científicos se dirigió al conocimiento de las sociedades indígenas y de las
sociedades locales, planteándose la recopilación de los saberes tradicionales.
Velasco Maillo y Sánchez de Ribera,
en la jornada de clausura del curso.
Velasco Maillo ha centrado su
exposición en el Inventario Español de Conocimientos Tradicionales relativos a
la Biodiversidad, publicado en 2015, con el auspicio del Ministerio de
Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, para preservar, mantener y fomentar
los conocimientos tradicionales de interés, transmitidos oralmente a través del
tiempo en el mundo rural. Un trabajo en el que él participo junto con un
importante número de botánicos, biólogos, antropólogos, zoólogos, etc., donde el
conocimiento consultable es en forma de fichero por unidades de especies.
Concretamente, se ha focalizado
en el saber tradicional de las plantas, exponiendo las características de este
saber y sus usos, entre los que se encuentra la medicina. Se trata de un saber
presumiblemente acumulativo, distribuido comúnmente, que pertenece a la
comunidad e integrado por conocimientos, creencias y prácticas y, que en
definitiva es un conocimiento moral.
"Todo esto es saber local", la gente
experimenta consigo misma. No tiene nada que ver con un modelo que se llama
Medicina pero no por eso es menos saber. Y concluía el antropólogo que se trata de un saber que hay que dignificar como complemento
a la Medicina.
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