miércoles, 5 de julio de 2017

El curso «Educación hoy: problemática y propuestas» concluye por todo lo alto


El rector de la UNED, Alejandro Tiana.


¿Cómo se puede clausurar una iniciativa de altura? ¡Exacto! Por todo lo alto. Así lo han hecho los impulsores del curso de verano «Educación hoy: problemática y propuestas», que se ha cerrado esta mañana después de tres días de intensa actividad. La finalización ha corrido a cargo del rector de la UNED, Alejandro Tiana, que ha disertado sobre las «perspectivas actuales para un pacto educativo».

Durante su alocución, el también catedrático universitario hizo una introducción conceptual. “El pacto se refiere, políticamente hablando, al conflicto existente entre consenso y disenso”, explicaba. Y, en este sentido, mencionó los tres niveles de consenso que definió Giovanni  Sartori. Es decir, el básico, el procedimental y el político. Precisamente, la segunda de estas categorías “es imprescindible para el buen funcionamiento de una sociedad democrática”, señaló Tiana.

Para argumentar su posicionamiento, el rector hizo un repaso a las etapas existentes en el reconocimiento de los derechos ciudadanos. La oleada inicial tuvo lugar con el nacimiento del Estado liberal, en la primera mitad del siglo XIX, cuando se tipificaron las prerrogativas relativas a la esfera privada del individuo. Así se establecía una línea de protección frente al poder. En la segunda etapa –acaecida a partir de 1860– se otorgó carta jurídica a las garantías de participación, como el sufragio universal masculino o la libre asociación. El último lugar, el tercero de los periodos se inició en el XX, cuando se aceptaron los derechos sociales.


Un momento de la charla de Tiana.


Unas fases que tuvieron su reflejo en los principios básicos de la educación. Durante la primera aparecieron las libertades de creación y/o de elección de centro. Posteriormente, surgieron las garantías vinculadas a la participación ciudadana en el sistema formativo. E, iniciado el siglo XX, se asumió el concepto del «Derecho a la Educación». “En este marco es en el que se inserta la Constitución española de 1978”, confirmaba el rector de la UNED. “Aglutina de tal manera el Derecho a la Educación que se puede hablar de un consenso básico en este aspecto”, añadía.

Sólo hay que observar en qué parte de la Carta Magna se incluyó dicho precepto. Lo hizo en el Título I, centrado en los Derechos y Deberes Fundamentales. Así, en el artículo 20 se protege la Libertad de Cátedra, mientras que en el 27 se ubica el corpus general de la garantía a la Enseñanza. “El debate constituyente se centró sobre si se tenía que citar en primer lugar el Derecho a la Educación o la libertad de enseñanza”, explicaba Tiana. “Al final, se yuxtapusieron los dos conceptos”, narraba el catedrático universitario, por lo que el primer punto del artículo 27 se aprobó de la siguiente manera:

“Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza” (art. 27.1).

Una solución de consenso que se extendió a los 10 puntos del mencionado artículo. “Su redacción es tan abierta que permite muchas lecturas”, explicita Tiana. Unas interpretaciones que acabaron generando debates. “No se trata de una polémica constitucional”, comentaba el rector de la UNED, ya que no se cuestiona el pacto educativo a nivel constitucional. Es un debate vinculado al desarrollo legal posterior de algunas ideas. Sin duda, un tema apasionante y de gran actualidad, que dio paso a una intensa controversia con el público.

El aprendizaje personalizado.

La intervención del rector de la UNED fue la encargada de cerrar el curso de verano organizado por el Centro Asociado de Guadalajara. Pero anteriormente hubo una mesa redonda en la que cuatro expertos reflexionaron sobre el aprendizaje personalizado y adaptativo. “Este concepto fue pensado por Víctor García Hoz”, aseguró Arturo Galán González, profesor titular de la UNED. El mencionado pensador –García Hoz– viajó por todo el mundo, consiguiendo una formación filosófica muy potente.
Precisamente, en una de sus estancias en EE.UU. fue consciente de la disyuntiva existente entre la especulación humanista europea y la practicidad americana. “Él abogó por una complementariedad entre ambas realidades”, corroboraba Galán. Unos posicionamientos que convencieron a Ramón Pérez Juste, convirtiéndose en uno de los seguidores de García Hoz. Así, y con el tiempo, planteó la adaptación de la educación personalizada al contexto universitario. “Implica más tiempo y más trabajo, pero es un método que merece la pena”, concluía Galán.


La mesa redonda sobre aprendizaje personalizado.


Sin embargo, Jesús Cabrerizo, profesor–tutor del Centro Asociado de la UNED en Guadalajara, se mostró crítico hacia dicho método. “Es una quimera”, alegaba. Y lo es porque “todos lo intentamos aplicar, pero casi nadie lo conseguimos”. Una situación motivada porque la administración no favorece su implementación. Y eso se refleja en la falta de medios para la formación pedagógica de los docentes. Pero, en cualquier caso, Cabrerizo asegura que el profesor debe conocer las capacidades de cada alumno, para aplicar las mejores estrategias didácticas en el aula.

En cambio, Lorenzo García Aretio, catedrático de la UNED, mostró un mayor optimismo que el anterior experto. No estaba de acuerdo con la calificación de “quimera” a este tipo de metodología. Prefería utilizar el apelativo de “utopía”. Incluso, señaló que la instrucción personalizada se ha visto favorecida gracias a las nuevas tecnologías. “Internet ha facilitado este proceso”, confirmaba. “Permite que los mensajes se adapten a los usuarios”, agregaba.

Además, García Aretio defendía las potencialidades del Big Data. “Los análisis del aprendizaje fundamentados en datos están proporcionando soluciones a las estrategias pedagógicas”, señalaba. Una herramienta que, al mismo tiempo, ayudaría a dar respuesta a la preocupación social de la rendición de cuentas. “La gente no quiere opiniones. Desea datos”, espetaba.

Y, dando una perspectiva más práctica, intervino Jesús Cabrera, profesor tutor del Centro Asociado de la UNED de Guadalajara. De hecho, expuso varias de sus experiencias profesionales, compartiéndolas con el público. En este sentido, señalaba la relevancia del currículo como el elemento integrador de las potencialidades en el aula. “Los responsables políticos han de diseñar programas que atiendan todas las capacidades”, comentaba.

Al mismo tiempo, Cabrera ponía en valor la importancia de la educación personalizada como una realidad inclusiva que entronca con la capacidad creativa de la persona. “Ojalá ningún alumno se quede por el camino y saque todos sus potencialidades”, explicaba. “La estructura del sistema educativo tiene que adaptarse a las necesidades de los estudiantes”, concluía. De esta forma, se podrá conseguir la proactividad de los escolares.

La clausura del curso.


Emotiva clausura.

Sin duda, todas estas reflexiones –tanto las realizadas en la mesa redonda como las emitidas por el rector Tiana– contribuyeron a dos cosas. Por un lado, a generar conocimiento y debate, tan necesarios en la sociedad de hoy. Y, por otro, para recordar la figura del profesor Ramón Pérez Juste, tristemente fallecido hace unos meses.

En la clausura oficial del curso «Educación hoy: problemática y propuestas» se volvió a glosar la figura de este profesor e investigador. En la misma intervinieron el rector Tiana, el director del curso, José Luis García, y el máximo responsable del Centro Asociado de Guadalajara, Jesús de Andrés. Los tres tuvieron unas palabras de reconocimiento hacia Pérez Juste.


Pero el momento más emotivo se produjo cuando se entregaron varios detalles a la esposa del mencionado catedrático, presente durante todas las sesiones de la iniciativa. Ella, visiblemente emocionada, dirigió unas palabras al público. “Él [por su marido] no era muy de homenajes. Era más de trabajo. Por ello, le hubiera encantado este curso. En más de una ocasión he pensado que se iba a subir al estrado para hablar”, concluía conmovida.

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