miércoles, 29 de junio de 2016

Carcavilla y Monasterio se vuelcan con el Geoparque de Molina

La ciudad de Molina de Aragón es un lugar que depara muchas sorpresas. Y el Señorío, todavía más. Es una tierra rica en cultura, tradiciones, historia, patrimonio y naturaleza. Una realidad de la que son muy conscientes en el Centro Asociado de la UNED en Guadalajara. Por ello, han organizado la segunda edición del curso de verano «Geoparque de Molina-Alto Tajo: la protección y divulgación del Patrimonio Geológico». Se trata de una iniciativa que se ha inaugurado este miércoles, 29 de junio de 2016, y que se prolongará hasta el próximo viernes, 1 de julio.


La apertura del curso, con los directores y los 
dos primeros conferenciantes.

Una propuesta que está reuniendo en la capital molinesa a lo más granado de la geología nacional. Expertos de primer nivel han acudido a la localidad para divulgar y reflexionar sobre la mencionada disciplina. Y más concretamente en torno al Geoparque existente en la zona. Todo ello, además, lo han hecho con una doble perspectiva. Por un lado, la teórica –durante la primera sesión se han impartido sendas charlas introductorias–. Y, por otro, la práctica. De hecho, tanto el jueves como el viernes se han previsto dos salidas de campo, en las que se conocerán diversos aspectos geológicos de relevancia existentes en la comarca. Todo ello ha sido posible gracias a la estructura pedagógica modular propia de la UNED, según reconocía el director del curso, Javier Lario.

Un esfuerzo divulgativo que está vinculado con la necesidad y la querencia por promocionar los conocimientos científicos entre la población. “El ciudadano paga nuestra investigación y, en consecuencia, tiene derecho a saber lo que se hace”, aseveraba Miguel Ángel Rodríguez Pascua, científico del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y profesor asociado de Geología de la UNED. Por eso –incidía Rodríguez Pascua– se debe apostar por la divulgación a través de diversas herramientas, como el seminario que se está desarrollando en Molina de Aragón.

Las primeras dos conferencias del curso

Por ello, además del apartado práctico –que dará comienzo el jueves, 30 de junio– han tenido lugar sendas intervenciones de carácter teórico. Ambas se han desarrollado el miércoles 30, y han tenido a la geología y al Geoparque molinés como protagonistas. En este sentido, el primero en intervenir fue el investigador del IGME y director científico del Geoparque, Luis Carcavilla, cuya plática fue precedida por la de Juan Manuel Monasterio, gestor del Geoparque de Molina-Alto Tajo y director del Museo de la capital del Señorío.

Luis Carcavilla

Durante su alocución, Carcavilla quiso poner en valor la relevancia de la figura de la UNESCO. En cualquier caso, en ambas intervenciones se quiso dejar claro qué implicaciones tiene dicho reconocimiento. “Un Geoparque debe comprender un cierto número de lugares geológicos de espacial importancia en cuanto a su calidad, rareza, estética científica o valor educativo”, se señaló durante la apertura del curso de verano de la UNED. “La mayoría de los sitios presentes en el territorio de un Geoparque deben ser parte de su patrimonio geológico, pero su interés puede ser también arqueológico, ecológico, histórico o cultural”, continuaban

Un poco de historia

Por tanto, durante la apertura del curso de verano que la UNED se ha hablado mucho de los Geoparques. Incluso se ha explicado en qué consisten. Pero, ¿cuál es el origen de esta figura? El pistoletazo de salida de la idea tuvo lugar hace poco más de 15 años. “En el 2000, cuatro territorios europeos que tenían una geología espectacular se pusieron de acuerdo y crearon el mencionado reconocimiento”, recordaba Luis Carcavilla.



El curso sobre el Geoparque de Molina está 
teniendo muy buena respuesta de público

De esta forma, y progresivamente, fue creciendo el número de adhesiones al proyecto, fundándose una red europea centrada en este tipo de espacios. Una organización que se acabó constituyendo en mundial, gracias al predicamento que llegaron a tener este tipo de declaraciones. Una figura que, a pesar de no llevar aparejadas limitaciones –en el sentido naturalista del término, ya que no se trata de un espacio protegido–, sí que tiene otras muchas ventajas. Entre ellas, los intentos de conservación del entorno geológico, de divulgación de dicha riqueza y de fomento del turismo en la zona afectada.

Ante estas circunstancias, en 2004 la UNESCO auspició el programa de Geoparks. Sin embargo, no fue hasta hace unos pocos meses, en noviembre de 2015, cuando los Geoparques pasaron a constituirse como parte integrante del mencionado organismo internacional. Un gran paso adelante que preservó muchos de los controles existentes hacia los mencionados espacios. De hecho, cada cuatro años hay evaluaciones de cada uno de los Geoparques, los cuales pueden perder su condición si no se han cumplido los requisitos firmados al inicio de cada periodo.

Molina de Aragón: a la cabeza de España (y del mundo)

Una exigencia que no es óbice para que la Península Ibérica se constituya como el espacio europeo con el mayor número de declaraciones de este tipo, con más de una decena de ejemplos. Y el Señorío de Molina es uno de los afortunados. Condición que ha conseguido gracias tanto a sus múltiples potencialidades geológicas, como a sus importantes relieves kársticos, a sus impresiones pliegues, a sus yacimientos fósiles o a diversos ejemplos pétreos de una relevancia. Incluso, contiene un estratotipo único en el mundo, el de Fuentelsaz, que sirve de guía para el estudio de la transición entre el Jurásico Inferior y el Medio.



Juan Manuel Monasterio

Ante la variedad y cantidad de estos valores, no es de extrañar que el Geoparque molinés se constituya como el más grande de Europa. Su superficie es de 4.186,9 kilómetros cuadrados –casi un tercio de la provincia de Guadalajara–, y en su interior se incluyen 77 municipios. Por ello, Juan Manuel Monasterio apostaba por una visión general del mencionado territorio, para comprender la relevancia de su riqueza. “Esta visión holística y global es la que nos da las potencialidades del Geoparque de Molina”, subrayaba, al mismo tiempo que ponía en valor lo necesario de su divulgación. Por ello hizo referencia al Museo de la capital del Señorío, así como a otras iniciativas molinesas que promocionan la geología de la comarca. “Todo lo que la sociedad ha invertido, se lo tenemos que devolver”, concluía.

Y como una imagen vale más que mil palabras, Juan Manuel Monasterio no dudó en llevar a todos los alumnos del curso de verano de la UNED a recorrer el Museo de Molina. Un magnífico colofón a dos intervenciones de altura: la del propio «Manolo» y la de Carcavilla.

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