Violencia digital en adolescentes, un mal globalizado
La
tarde de esta segunda jornada se dedica al debate con dos mesas redondas, la
primera nacional y la segunda, en remoto, desde Méjico, pero ambas abundando en
la temática de la violencia juvenil entre los adolescentes.
Con la participación de Francisco Crespo Molero -Doctor en Ciencias de la Educación por la UNED, profesor de Servicios a la Comunidad en el IES Ciudad Escolar y experto en salud mental y en acoso infantil-, de Eva Muñoz Jiménez -Doctora en Educación por la UNED, asistente de Sánchez Romero en su Departamento y coordinadora de este curso-, y Cristina Sánchez Romero, directora del curso, se celebra la mesa 'Riesgo y control digital. Su repercusión en la salud mental'.
El
acoso está tipificado como un delito (artículo 172ter) pero hay que ser cuidadosos
porque “somos profesores, no somos jueces ni policías en un contexto que no es
el más adecuado, aunque esté regulado” asegura Crespo Molero haciendo
referencia al protocolo existente que obliga al tutor, consejo, dirección,
entre otros, en un centro educativo a “crear un espacio de reflexión, pausado
para pensar y analizar lo que está sucediendo con esos alumnos entre los que puede
existir acoso, y de manera colegiada resolver si existe o no, y tomar las
medidas oportunas de manera objetiva”. Si se determina que hay acoso, hay que
ponerlo en conocimiento de las autoridades competentes y todo toma otras
dimensiones.
El
profesor de Servicios a la Comunidad realiza entonces un exhaustivo análisis a
la Ley Orgánica 8/21, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la
adolescencia frente a la violencia, aportando ejemplos para que se puedan
comprender mejor las distintas situaciones que se contemplan. Recordando que
esta Ley obligó, a partir de su promulgación, a que las Comunidades también se
pusieran a legislar en su entorno.
Por
ejemplo “en la Comunidad de Madrid, los niños que han sufrido acoso escolar
pueden recibir 10 sesiones gratuitas que le hayan sido prescritas por un
especialista” apunta Francisco Crespo quien reconoce que si bien “el número de
sesiones no es suficiente, al menos es un comienzo”.
“Se
busca que todos los centros escolares sigan un mismo protocolo” señala Eva Muñoz,
pero en la mayoría de las ocasiones surgen las dudas porque varían las
circunstancias, y cada caso y su enfoque es distinto aunque todos estén en el
ámbito del acoso escolar.
Crespo
Molero lleva entonces la charla hacia la importancia de determinar la intencionalidad y la conciencia
sobre las acciones: “¿Existe intención en hacer mal? ¿Sabía ese niño que lo que
estaba haciendo estaba mal?” Y es que en muchas ocasiones los menores se saltan
las normas, quizás por falta de competencia digital “de ahí la importancia de
hacer comprender a nuestros alumnos lo que conlleva el derecho a la información”,
subraya y se vuelve a poner de manifiesto la necesidad de emplear términos
educativos adecuados a cada edad y entorno.
El
avance que puede suponer las nuevas legislaciones -anteproyecto de Ley para
desarrollar el hecho de que un niño no pueda acceder libremente a una red
social- es motivo de satisfacción para los tres ponentes. “La base es la misma
por la que nadie dejaría conducir a niño” señala Crespo Molero. Pero “el debate
está en el establecimiento del límite de edad” argumenta la coordinadora el
curso quien ha expuesto previamente las conclusiones de un estudio sobre la
adolescencia que repasa desde la complejidad y los numerosos frentes que se
afrontan en esta etapa de la vida a cómo el cambio de valores, y una
significativa crisis de los mismos, de la sociedad incide en las edades más tempranas
a cómo determinar la edad de maduración, tanto cognitiva como digital, de un
niño o niña.
Tanto
Francisco Crespo como Eva Muñoz están de acuerdo en que las redes sociales y
las plataformas digitales facilitan la propagación de la violencia digital en
la etapa adolescente, mientras que Cristina Sánchez alude también “a la responsabilidad
compartida por los usuarios”.
Queda
patente, de nuevo, la necesidad de establecer entornos seguros de aprendizaje
digital, mientras que no haya una regulación en cuanto a la edad de uso y de
acceso a unos u otros contenidos.
La
repercusión de la violencia digital en el bienestar de los adolescentes, es
otro de los temas que se abordan y sobre el que hay unanimidad en la mesa. Los
ponentes van incluso más allá al señalar que las situaciones de ciberacoso afectan
también al entorno más cercano de la víctima, o cómo hay datos que apuntan a
que “las víctimas acaban canalizando su desesperación ideas límite -suicidio- o
en enfermedades mentales” apunta Francisco Crespo. Mientras que la directora
del curso amplia los límites de esas repercusiones: “lo que termina cuando se
cierra un aula, puede continuar fuera del entorno escolar. Hay una
continuidad”.
La
creación de entornos seguros de aprendizaje digital es la gran asignatura
pendiente de toda la sociedad porque es un problema globalizado. Y en este
proceso son muchos los parámetros que hay que tener en cuenta, como la
inimputabilidad de los menores hasta la responsabilidad compartida de los
adultos que les rodean, entre otros muchos.
Violencia digital y Género en México
Las
obligaciones docentes de algunas de las profesoras de la universidad mejicana
de Sonora, impiden realizar la mesa redonda prevista. Sin embargo, la
exposición que la profesora asistente, Paula Apodaca, nos dirige con la
ponencia preparada por su responsable, Blanca Aurelia Valenzuela, -profesora,
directora del Departamento y directora del Posgrado Integral en Ciencias
Sociales de la universidad de Sonora- y las posteriores intervenciones de la
directora del curso conforman nuevos e interesantes puntos de vista para seguir
profundizando el tema central del curso.
La
realidad del país azteca es que la violencia digital se suma al cúmulo de
violencias que ya afectan al país y sobremanera la violencia de género. De hecho, la mezcla de ambas hizo que “los
impactos de la violencia digital en las mujeres adolescentes –y que inhibe su
participación en la esfera pública- ya han sido documentados en Méjico en 2022”,
explicó Paula Apodaca.
La
profesional mejicana presentó los resultados extraídos de los estudios de un
organismo especializado en la temática: el Módulo contra el ciberacoso (MOCIBA), creado en 2021 y dirigida por Inegi,
una institución gubernamental de Méjico que tiene el objetivo de generar
información estadística que permita conocer los niveles de ciberacoso entre adolescentes
a partir de 12 años, entre las últimas cifras que ha publicado
Y según datos recientes de
estudios del MOCIBA al menos el 20,8% de la población usuaria de internet,
equivale a 17,4 millones de personas de 12 años y más, vivió laguna situación
de acoso cibernético. De estas, 9.8 millones fueron mujeres (22,4%) y 7,6
millones (19,1%) hombres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario