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Los dos primeros ponentes de la mañana. |
Cuando la Educación es la protagonista…
Guadalajara se ha vuelto a
convertir en la capital española de la Enseñanza. Y lo ha hecho por segundo día
consecutivo. El centro asociado de la
UNED ha tenido mucho que ver en ello. Ha impulsado un curso de verano sobre
dicha temática. La iniciativa –que afrontaba su segunda jornada de trabajos– ha
recibido el nombre de «Educación hoy, problemática y propuestas», y se dedicado
a la memoria del catedrático Ramón Pérez Juste, fallecido recientemente.
Precisamente, unas palabras en
honor de Pérez Juste han iniciado la primera de las charla de la mañana,
protagonizada por el profesor de la UNED Arturo Galán. Este docente ha comenzado
su alocución con un recuerdo a Pérez Juste, para seguidamente dar paso a su
plática. Y lo ha hecho planteando una pregunta: “¿Qué universidad queremos?”.
En este sentido, se planteaba qué
aptitudes debe tener el circuito universitario español. Y mencionaba algunos de
los parámetros que, a día de hoy, se utilizan para calificar la calidad de
dicha institución. Se emplean criterios como la reputación o los premios. Pero
Arturo García se mostraba crítico con este sistema. “Que una universidad tenga
un premio Nobel entre sus filas, ¿significa que posea mayor calidad?”, se
preguntaba. “Es un modelo diseñado para el mundo anglosajón”, añadía. “Estos
rankings responden a un prototipo que no se corresponde con el existente en
España”, señalaba.
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Arturo Galán. |
A pesar de ello, son unas pautas
que se llevan aplicando en nuestro país desde 1989, tras el establecimiento del
primer complemento retributivo al profesorado, que estuvo fundamentado en dicha
filosofía. “Posteriormente, en la Declaración de Bolonia de 1999, Europa se dio
cuenta que sus universidades eran menos competitivas que las americanas”,
explicaba Galán. Y se perpetuó el sistema. En el caso hispano, este acuerdo se
traspuso a través de la LOU (2001), que en 2007 fue modificada por la LOMLOU.
“A partir de estas normas se crearon comisiones de calidad, como la ANECA”, rememoraba
el profesor de la UNED.
En cualquier caso, Arturo Galán se
muestra más favorable a otros factores de medición, más favorables para la atracción
de talento. Entre ellos, incrementar los salarios de investigadores y docentes;
apostar por la meritocracia y la transparencia; definir criterios claros a la
hora de contratar; acabar con la discrecionalidad técnica; ofrecer conciliación
mediante cargas de trabajo equilibradas; o aumentar los fondos para la
investigación, entre otros. En definitiva, este investigador defendía una
universidad en la que se apostase por el mérito y la capacidad. Y, para ello, abogaba
por una mayor flexibilidad legislativa para atraer docentes.
Fortalecer la profesión docente a través del MIR.
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Francisco López Rupérez. |
Unas aseveraciones que generaron gran
debate entre los asistentes. Dichas reflexiones se prolongaron hasta la llegada
del siguiente ponente, Francisco López Rupérez, director de la cátedra de
Políticas Públicas de la Camilo José Cela (CJC). Tras hacer un recuerdo a Pérez
Juste, el investigador de la CJC lanzó su propuesta principal. Deseaba trasplantar
el modelo MIR al ámbito de la Educación.
López Rupérez justificó la idea
en la buena calidad de dicho método y en los desafíos que vive la Enseñanza en
un mundo cada vez más globalizado. “España tiene una posición prevalente en
Sanidad dentro del concierto internacional. Por tanto, algo tendremos que estar
haciendo bien”, complementaba. Unos resultados positivos que, según el
interviniente, se deben “al sistema de formación de los médicos”.
En este sentido, loaba algunos
rasgos definitorios del MIR. Entre ellos,
poseer una selección previa y centralizada; sus unidades docentes, que
combinan asistencia, docencia e investigación; o el papel central de la
evaluación. En consecuencia, López
Rupérez abogaba por implementar este modelo en la Educación, siempre y cuando
fuera universal –destinado a todo el mundo–, de ámbito nacional o que apostase
por la excelencia. “Existe una necesidad de una gestión moderna del talento
docente”, aclaraba.
Así, se podría reforzar la figura
del maestro en nuestro país. “La profesión docente en España todavía es débil”,
argüía López Rupérez. Por tanto, las políticas centradas en el profesorado “son
esenciales”, confirmaba el mencionado investigador. Y el establecimiento del MIR en el ámbito
educativo puede ser una buena solución, concluía.
La Educación de los más capaces.
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Carmen Jiménez. |
Y si la última conferencia de la
mañana estuvo centrada en los profesores, la primera de la tarde versó en torno
a los alumnos. Más concretamente, sobre un grupo muy concreto: los que cuentan
con capacidades superiores a la media. La charla la impartió la catedrática
Carmen Jiménez. Aprovechó para hacer un repaso de algunas de los rasgos que
caracterizan a estas personas de forma colectiva: cuentan con una amplia gama
de intereses; son capaces de producir ideas, objetos y soluciones novedosas;
poseen fuertes deseos de conocer y dominar que les atrae; disfrutan con la
autoexpresión a través de diferentes medios; no son conformistas; se definen
por su independencia de pensamiento; y piden explicaciones de los límites y
hechos no deseables, aspirando a un alto rendimiento.
“Por todo ello, es importantísimo
conocer en las escuelas a estos muchachos que destacan. Así el profesor podrá
dar cauce a su originalidad”, explicaba
Carmen Jiménez. De esta forma, el docente también estará preparado para tratar
convenientemente a los alumnos que sean extremadamente capaces, entre cuyas
características se hallan el tener dificultades para encontrar compañeros que
les satisfagan; poseer avidez intelectual; o parecer estar ajenos a la realidad.
“A los ojos de los profesores no aparecen como buenos estudiantes. En los
contextos escolares ordinarios suelen fracasar en el desarrollo de hábitos de
trabajo”, aseguraba la experta.
De esta forma, hay que realizar
un esfuerzo en descubrir a estos alumnos, para implementar las medidas
oportunas para su mejor rendimiento. Un compromiso que será doble si la
poseedora de esta cualidad es mujer. Ellas son las que, en ocasiones, mantienen
ciertos miedos –sobre todo al éxito– que deben afrontar. Y una de las formas
para hacerlo es a través de la Educación. Porque la formación es la antesala de
la integración y, por tanto, de la igualdad.
La evaluación de los programas.
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José Luis García Llamas |
Como se ha visto, la Enseñanza es
fundamental. No hay duda de ello. Y, por eso, también es importante el examen
de los programas formativos. Así lo cree José Luis García Llamas, profesor de
la UNED. “Partimos de la idea que la evaluación de los mencionados programas se
configura como un componente intrínseco de los procesos sociales y educativos,
desde una consideración globalizada de los mismos”, confirmaba. “Actúa al
servicio del desarrollo social en el momento en que se deben emprender
determinadas acciones para resolver problemas”, explicaba el director del curso
de verano, parafraseando a Fernández Ballesteros.
Precisamente, García Llamas cerró
la segunda jornada de la propuesta. Y lo hizo disertando sobre el modelo que
Pérez Juste diseñó en este ámbito, que está basado en “la evaluación integral e
integrada” y estructurado en cuatro momentos. La primera etapa se centraría en
estudiar la calidad intrínseca del trabajo, su adecuación al contexto y a la
situación de partida.
“Una de las aportaciones más
importantes de este marco radica en el rigor con que se trata la evaluación
inicial, lo que permitirá conocer –antes de someter a aplicación– las virtudes
y posibles defectos del programa de intervención educativa en situaciones de
conflicto escolar y/o social, de tal forma que se puedan tomar decisiones de
mejora antes de su puesta en práctica”, señalaba José Luis García Llamas.
La segunda fase analizaría el
proceso de implantación de la idea, mientras que la tercera abordaría los
resultados obtenidos, la valoración de las consecuciones y su posible
continuidad a través de la incorporación de mejoras. El último de los momentos analizaría
la institucionalización de la evaluación del programa. “La propuesta es muy
ambiciosa en sus planteamientos, aunque no se trata de de llevarla a cabo en un
contexto determinado de forma exhaustiva, sino de ofrecer pautas rigurosas de actuación
a los evaluadores en el marco social y educativo en que han de desarrollar su
tarea profesional”, narraba García Llamas.
Una magnífica propuesta ideada
por Pérez Juste y explicada por el director del curso de verano, que se ha de
complementar con técnicas e instrumentos para la recogida de datos, y que
desembocará en su posterior análisis y redacción del informe. En definitiva, un broche de oro para una
jornada en la que se analizó la Educación desde diferentes ámbitos. Este miércoles,
5 de julio, continuarán las charlas centradas en esta temática. ¡Están todos
invitados!
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