El Mindfulness es una práctica de origen budista cuyo origen se remonta hace más de 2.500 años. En castellano se traduce como “atención plena o consciencia
plena”, es decir, prestar atención a pensamientos, emociones o sensaciones
corporales aceptándolos sin entrar a juzgar sin son correctos o no. Esto es lo
que se ha tratado en la primera jornada del curso de verano de la UNED, “Gestionar
las emociones con mindfulness; un camino hacia la regulación emocional
adaptativa”, inaugurado por Jesús de Andrés, director de la UNED en Guadalajara.
El curso ha dado comienzo con la intervención de Miguel
Ángel Santed Germán, decano de la Facultad de Psicología en la UNED y profesor
titular de Psicopatología en la misma universidad. Es autor de numerosos libros
y artículos sobre mindfulness además de practicar meditación con asiduidad,
pero advierte, “es un tema complejo y no se consigue ser un experto en ocho
semanas. Que no nos vendan humo”. Para Santed Germán es importante ajustar el
nivel de expectativas a la hora de ponerlo en práctica, y se ha demostrado que
es una terapia eficaz para prevenir y reducir la ansiedad y la depresión en
pacientes que previamente presentaban esos síntomas.
El papel de las emociones
“Se trata de ver a
qué atendemos y cómo lo atendemos”, explica Santed Germán. En este sentido las
emociones juegan un papel muy importante. Como explica el profesor, “el
mindfulness es aceptar lo observado sin tratar de cambiarlo y no dejarse llevar
por un punto de vista catastrofista”. A este respecto también apunta que hay
que entrenar un modo de ver con cierta distancia, de ahí la importancia de la
autoregulación emocional. “Cuanto más entrenemos esta regulación de las
emociones, mayor será nuestra capacidad para observar los pensamientos negativos
sin intentar cambiarlos y aceptándolos tal como son”. Esta es la esencia del
mindfulness.
El profesor Miguel Ángel Santed Germán
Las vivencias pasadas, presentes y futuras influyen en el individuo
de manera consciente pero desde el mindfulness se trata de trabajar desde lo
que ocurre en el presente. “Si entendemos que los fenómenos surgen y
desaparecen, tendremos menos apego a ellos”, afirma Santed Germán, que recalca
a su vez que si desarrolláramos ese desapego e indiferencia, “evitaríamos el
sufrimiento, la ansiedad y la depresión”, concluye el profesor. En el mindfulness también se hace referencia a la aceptación
equánime; un modo de ver los fenómenos que ocurren a nuestro alrededor sin
pretender cambiarlos y sin ningún tipo de aversión hacia ellos.
En la segunda parte de la sesión la ponencia ha corrido a
cargo de María Teresa Miró Barrachina, profesora titular del Departamento de
Psicología Clínica, Psicobiología y metodología en la Universidad de la Laguna.
Miró ha comenzado su exposición con un ejercicio práctico de meditación
recalcando así la importancia de sostener la atención, en este caso
concentrándose en la respiración.
María Teresa Miró Barrachina
El mindfulness desde un punto de vista fenomenológico
La fenomenología consiste en estudiar la esencia de las cosas y de las emociones, es decir, que el mundo es aquello que se percibe a través de la conciencia del individuo y se propone interpretarlo según sus experiencias. Aunque en los años 70 comienza el declive de la fenomelogía, en los años 90 vuelve el interés hasta esta terapia en lo que Miró Barrachina explica como "enbodiment" o "mente encarnada". Atrás quedó la expresión de que la mente y el cuerpo van cada uno por su lado, sino que ahora mente y cuerpo van unidos. Como explica la profesora, "lo que sentimos como una emoción son cambios en el cuerpo. Las emociones interrumpen el curso de nuestra vida para informarnos de lo que es importante para nosotros y a lo que tenemos que hacer frente," afirma Miró Barrachina, " contribuyen a definir nuestras metas y prioridades". En este sentido también se hizo mención a la importancia que juega el cuerpo en la expresión de las emociones. Así si estamos encorvados nuestros pensamientos más negativos acudirán antes a nuestra mente que los pensamientos positivos.
María Teresa Miró Barrachina durante la ponencia
La práctica del mindfulness nos permite ver a distancia los fenómenos a medida que suceden. Las emociones se viven y se expresan a través del cuerpo y cuando se pone en práctica el mindfulness aprendemos a escuchar a nuestro cuerpo. Los estudios científicos han ayudado a confirmar lo que ya sabían los budistas hace más de 2.000 años. Un estado de atención consciente ayuda no solo a reducir el estrés o la ansiedad sino también a poder valorar las situaciones con mayor claridad, aumentar la resistencia emocional y a disfrutar más de lo que se está haciendo.
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