Salud y enfermedad, un enfoque antropológico
La salud es una de las principales preocupaciones
sociales de hoy en día.
Partiendo de esta idea inicial, comenzaba hoy su
conferencia el primero de los ponentes del curso de verano “La Salud y la
enfermedad. Aportaciones desde la antropología social y las ciencias sociales”,
del Centro Asociado de la Uned en Guadalajara. Un curso que pretende mostrar el
desarrollo de un enfoque crítico, desde la psicología social, la sociología y
la antropología social, sobre los conceptos de “salud” y “enfermedad”.
Josep María Comelles Esteban, doctor en Medicina y
Cirugía, Especialista en Psiquiatría y Doctor en Antropología, con la
conferencia “Las ciencias de la salud en la encrucijada. Entre la etnografía,
la clínica y el laboratorio” ponía de relieve la necesidad de rescatar el
aspecto etnográfico en la práctica médica y en la confección de campañas de
salud preventivas.
El también profesor emérito de la Universidad Rovira i
Virgili, exponía un panorama social en el que todo lo relacionado con la salud,
la enfermedad y la atención en los países desarrollados es un elemento
principal del PIB de un país. Las preocupaciones de la gente acerca de su salud
producen demanda y, como hay demanda, "hay ofertas de salud de todo tipo". Al sector público de salud le hacen también
demandas y los profesionales de la salud, en muchas ocasiones, “atienden a
gente que no tiene nada”, sino que basa sus visitas en preocupaciones, exponía
Comelles.
Ante este panorama de preocupaciones “culturalmente
construidas”, el profesor manifestaba la necesidad de un cambio en la
asistencia médica, en el que el médico vuelva a retomar el aspecto etnográfico
que formaba parte de la praxis médica antes del siglo veinte. “Hasta entonces, ningún médico era exclusivamente clínico. Cualquier médico utilizaba
una mirada clínica y una mirada etnográfica para saber atender los problemas
que atender”. “A partir de principios del siglo veinte, la Medicina abandona la
mirada etnográfica y se introduce el laboratorio, un equipamiento que va a
aumentar la precisión del diagnóstico, desplazando el interés del contexto
social, cultural y físico en que vive el paciente”.
Hoy en día, las enfermeras y enfermeros son los que hacen
una narrativa etnográfica que antes hacía los médicos, “ellos viven la realidad
de un modo distinto”, analizan los aspectos contextuales del paciente, “aunque
no se reconoce esta función”, afirmaba Comelles.
Josep María Comellos Esteban
en la primera ponencia del curso.
en la primera ponencia del curso.
¿Es posible una medicina exclusivamente "biomédica"?
Ante esta pregunta, el profesor manifestaba que no es posible. Y en su argumentación aludía a una reflexión del reconocido médico germano-peruano, Maxime Kuczinsky-Godard, de 1944, quien en una monografía de antropología médica decía que “el o la profesional de la Salud, para ser lo que debe ser, no debe limitarse a esperar que se presenten enfermos, ha de penetrar el medio, ha de interesarse por todos los aspectos de la vida del pueblo cuya protección es su propósito”.
Hoy en día el problema sigue siendo el mismo, hay que adaptarse a situaciones concretas, hay que ir al sitio, saber mirar. Es preciso conocer la historia clínica y dar importancia al relato del paciente. Pero, la irrupción de la Web 2.0 cambia las reglas del juego: La investigación médica y la biomédica adquieren un papel dominante, donde lo cultural y lo social son ignorados. No importa la salud, se pone énfasis en la enfermedad y en el diagnóstico mediatizado por el laboratorio y la tecnología.
Ante esta pregunta, el profesor manifestaba que no es posible. Y en su argumentación aludía a una reflexión del reconocido médico germano-peruano, Maxime Kuczinsky-Godard, de 1944, quien en una monografía de antropología médica decía que “el o la profesional de la Salud, para ser lo que debe ser, no debe limitarse a esperar que se presenten enfermos, ha de penetrar el medio, ha de interesarse por todos los aspectos de la vida del pueblo cuya protección es su propósito”.
Hoy en día el problema sigue siendo el mismo, hay que adaptarse a situaciones concretas, hay que ir al sitio, saber mirar. Es preciso conocer la historia clínica y dar importancia al relato del paciente. Pero, la irrupción de la Web 2.0 cambia las reglas del juego: La investigación médica y la biomédica adquieren un papel dominante, donde lo cultural y lo social son ignorados. No importa la salud, se pone énfasis en la enfermedad y en el diagnóstico mediatizado por el laboratorio y la tecnología.
Sin embargo, concluía Comelles, los resultados de este
cambio de práctica médica, no son suficientes. Hay que retomar el énfasis en
la salud, en la mirada etnográfica y clínica, en un entorno en el que, además,
el paciente también forme parte en la gestión de su salud.
El coordinador del curso, Ambrosio Sánchez,
presentando a Comelles.
presentando a Comelles.
Una mirada crítica a la Psicología positiva
La segunda de las conferencias de hoy, con el título “Psiudadanos, la industria de la felicidad y la psicología positiva: individualismo, política y consumo”, corría a cargo de Edgar Cabanas Díaz, doctor en Psicología, profesor de la Universidad Camilo José Cela e investigador del Max Plank Institute for Human Development.
Cabanas ofrecía a los asistentes el resultado de un trabajo crítico con la Psicología positiva, incidiendo en un análisis sociológico y político de la felicidad. Su principal línea de investigación gira en torno al análisis de las raíces históricas y los usos políticos, económicos y educativos de la noción psicológica y contemporánea de la felicidad.
En su intervención, comenzaba exponiendo cómo el tema de
la felicidad está hoy presente en todos los ámbitos de la vida y cómo desde
hace dos décadas surgen los “expertos de la felicidad” en torno a la Psicología
positiva, con técnicas como el “mindfulness” o el “coaching”. “Es una idea
bastante extendida y bastante nueva en la historia. Hoy es una concepción
política, en la forma en que se estudia, se forma y se aplica. Los expertos en
la idea de la felicidad están muy en contacto con las instituciones políticas”,
afirmaba Cabanas, añadiendo que “hay una
ética detrás que es una ética político-ideológica”.
Se conocen políticas de la felicidad asociadas a los
países. Lo importante es señalar que, una vez que la felicidad se toma como
aspecto objetivo y neutro, lo que hace es despolitizarse y se convierte en un
objetivo neutral para tomar decisiones. La idea es utilizar la felicidad como
un término tecnocrático. La felicidad se usa como un criterio apolitizado para adoptar
decisiones de gran calado.
En este sentido, señalaba Cabanas, ya hay países
donde se ha creado un Ministerio de la Felicidad, para ver si sus políticas
están bien o mal encaminadas. Y ponía el ejemplo de David Cameron, cuando
introdujo en Reino Unido la política de la felicidad al tiempo que hacía
grandes recortes sociales.
Por otro lado, apuntaba, el gran negocio que supone hoy en día el tema de la felicidad. Estamos asistiendo a una verdadera inundación de páginas web, charlas, cursos, congresos, terapias que trabajan y plantean la felicidad como objeto científico y como una aspiración necesaria y natural al alcance de todos, independientemente de las circunstancias externas. La psicología positiva se ha introducido con fuerza en el mundo académico y profesional de la psicología, pero cada vez hay más voces que cuestionan su validez científica y la supuesta inocencia de sus planteamientos.
La felicidad no es una idea abstracta de salud, “lo que
el discurso de la felicidad pretende perfilar es un modelo de ciudadano ideal”.
Según Cabanas, se impone el imperativo de mantener una actitud positiva ante
las adversidades de cualquier tipo.
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