martes, 9 de julio de 2019

RESUMEN II JORNADA - AYER Y HOY: “LA HISTORIA Y EL ARTE EN TEXTOS E IMÁGENES” (CURSO-TALLER)


RESUMEN II JORNADA -
TRANSMITIR EL PASADO. LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS Y EL CONOCIMIENTO DE LOS REALES SITIOS: EL CASO DEL PROYECTO LA HERENCIA DE LOS REALES SITIOS - Félix Labrador Arroyo.
Cuando era pequeño a veces fantaseaba con parpadear muy fuerte, abrir los ojos y poder ver cómo era aquel mismo lugar en el pasado. Aunque, bueno, también lo hice hace dos semanas en Sevilla, que fui allí a una boda.
 Después de volver a casa, y mientras se supone que debería estar durmiendo o trabajando me dediqué a buscar reconstrucciones virtuales de la vida cotidiana, la apariencia urbana y lo que habrían visto los ojos de una persona en el pasado, concretamente en los siglos XVI y XVII. No os hacéis a la idea de la cantidad de tiempo que se puede tirar uno con estas cosas. No es que sean lo más abundante, pero hay bastantes cosas de calidad, lo más difícil es encontrarlas entre tanto contenido.
Y ahí estaba un martes por la mañana, la fantasía hecha realidad. Félix Labrador Arroyo, historiador y profesor de Moderna de la URJC, forma capitanea el proyecto ‘La Herencia de los Reales Sitios’, una iniciativa excepcional que para dar a conocer el pasado y acercarlo a la gente, especialmente a los más jóvenes, ha apostado por enfoques innovadores ligados a los videojuegos y a las nuevas tecnologías.


 Y es que quizá la historia como ciencia dependa tanto de la investigación académica de difundirse y ahondar en proyectos como este. Proyectos en los que un arquitecto con insomnio reproduzca el Pardo en Minecraft para que los chavales jueguen en él, o en los que un equipo multidisciplinar decida recuperar aquellos otros Reales Sitios destruidos y sumergidos en el olvido como el Balneario de la Isabela en Sacedón.
Labrador ha pasado la mayor parte de su vida académica en investigaciones de casas reales, elementos cortesanos como los Reales Sitios a través de diferentes proyectos, no tanto desde el punto de vista del Arte como de su función simbólica, económica, social y de articulación territorial. Sin embargo, esta nueva forma de contar los Reales Sitios, combinando una buena investigación de archivos con herramientas virtuales ha buscado y busca cumplir una serie de objetivos, como ya decíamos, de difusión cultural y de desarrollo del patrimonio, pero también de estimulación del empleo entre jóvenes de humanidades dándoles una formación que les aproxime al mercado laboral desde una perspectiva aplicada.
“Empezamos a trabajar los Reales Sitios como lugares donde se conceptualizaba el poder, pero la idea de patrimonio ha fluctuado con el tiempo y es la sociedad la que decide lo que merece la pena transmitir a las generaciones venideras y lo que no”, destaca el autor.
Por eso, su proyecto se preocupa de inocular ese gusanillo a los más jóvenes. Se preocupa de influir en la manera que las generaciones futuras ven el patrimonio de los Reales Sitios ya que, a pesar de ser espacios cruciales con su equivalente en toda Europa, apenas tienen peso en los libros de texto y en la educación. Su impacto se reduce a excursiones en grupo y poco más. “No está mal, pero podría mejorar”, opina Labrador, y sugiere que se pierde una oportunidad al no incluirlos en los libros de español para extranjeros.
En España hay un sinnúmero de Reales Sitios, muchos de ellos, los que no fueron en su día los más destacados, son hoy en día lugares para bodas comuniones y bautizos. La información sobre esos espacios es a veces escasa, y los propietarios o arrendatarios no entienden, según Labrador, que el conocimiento del bagaje histórico implica para el propietario aumento sustancial del rendimiento económico a cambio de una pequeña inversión.
Según Labrador, su labor ha sido posible debido a la relativa juventud de su alma mater. Unos de los resultados más importantes sería según el autor la mezcla interdisciplinar incluso en las mesas de la cafetería en las que se mezclen arquitectos, gente de marketing, pedagogos, economistas, historiadores. Una mezcla que tiene su reflejo en el proyecto. “La clave está en la interdisciplinariedad”, repite Labrador, en eso y en dar trabajo a gente de todos los ámbitos, especialmente de las humanidades, para la que puede ser problemático encontrar su primer trabajo.


“Usamos el colegio de nuestros hijos como conejillos de indias”, reconoce, pero en general el proyecto está pensado para ser aplicado en colegios con problemas de integración, en entornos socioeconómicos no privilegiados. Pero lo esencial es que los niños reconozcan los Reales Sitios, los conozcan y tengan claro su valor patrimonial de cara a su conservación en el futuro.
Estos videos son una herramienta para mejorar algo. Son apuestas didácticas, y como tal han de estar sujetas a la innovación, sin embargo, de acuerdo con Labrador, no hemos de pasarnos de digitales porque a veces, el abuso de tecnología es contraproducente para la comprensión de lo artístico, lo puede banalizar. Hay que sacar lo bueno de las tecnologías sin perder la esencia, no hay que vender la historicidad a cambio de algo espectacular.
Un buen patrimonio, bien contextualizado y bien explotado puede permitir un buen producto y un buen proyecto educativo. “Siempre tuvimos claro que la idea era el patrimonio contextualizado”, afirma, “los Reales Sitios permiten hablar y contextualizar la Historia, la Geografía, el paisaje, la sociedad, la política, la economía, el Arte, la cultura” … La tentación en muchos proyectos era el mucho texto, la justificación, el mucho contenido; sin embargo, la experiencia les ha enseñado que la importancia está en las imágenes.
Pero, y este es el eje de la intervención, Labrador afirma que para el historiador muchas veces el problema se encuentra en el rigor, el problema es encontrar el punto intermedio. O todo está en la divulgación demasiado cercana al espectáculo o demasiado cercana al rigor académico que, de acuerdo con Labrador, “da ganas de pegarse un tiro”.
El convencer a un académico de que es mejor poco y claro que mucho y rigoroso es difícil, pero lo que busca la sociedad es un punto medio entre rigor e impacto, asevera. Hay que mantener el término medio entre la divulgación con rigor y la amenidad que permita que cualquier persona pueda verlo. Y para ello, el equipo que dirige involucra formatos como películas, documentales, series, el multimedia, la realidad aumentada, los video-juegos, los 2D, 3D, etc.
El proyecto ha reconstruido cómo eran los Reales Sitios en el pasado: Aranjuez, El Pardo, Aldovea… Tanto aquellos que se mantienen en pie como aquellos que no, ya sean el Palacio del Retiro o el Real Sitio de la Isabela en Sacedón. El trabajo ha implicado reconstrucción 3D, georreferenciación, realidad aumentada, etc. Y para eso se ha trabajado en colaboración con empresas de drones, gente de arquitectura usando Rinconeros, lumia, etc. Se ha reconstruido el edificio en sí pero también se ha trabajado el entorno de aprovechamiento agrícola en una dimensión totalizadora.
El perfil de trabajo es, según Labrador el de “frikis”. Gentes de las humanidades inadaptadas al mercado laboral que son gente que “funciona”, ya que con un poco de formación técnica consiguen un trabajo espectacular y una adaptación total al mercado. “Somos un grupo de historia que, paradójicamente tiene muy buena relación con el ámbito privado”, destaca, y muchas veces este tipo de trabajos no están tanto en producir algo rentable como en atraer a la empresa privada para que financie proyectos no rentables a cambio de refuerzos a su imagen.
En el proyecto, de acuerdo con Labrador, la tecnología y lo digital se emplean de distintas formas para reforzar la enseñanza. “Yo tengo en mi grupo de investigación un arquitecto que tiene problemas de sueño, y después de 550 horas de trabajo ha construido para Minecraft el Real Sitio del Pardo. Lo hemos utilizado para un MOOC (curso gratuito online sin límite de matriculados), y ha funcionado. Lo hemos llevado a los colegios y esto gusta”, asevera.
Además, existe un grado de previsión que permite la adaptación de mismas herramientas a distintos grupos de alumnado con modos colaborativos, con elementos interactivos para primaria y con elementos proactivos individuales para secundaria. “Es un trabajo de chinos, pero que tiene una proyección muy amplia”. Y lo mismo sucede con las cinco publicaciones audiovisuales que tienen sobre el patrimonio de Reales Sitios.
 “El gran problema es que esto requiere mucho tiempo y no tiene mucho aprecio”, se queja Labrador, “cuesta mucho más hacer un vídeo de estos que un artículo académico, y muchas veces no cuenta como mérito para el trabajo académico. Hay mucha inversión y esto a veces se queda en una publicación y tres congresos.”
La gran cuestión es para Labrador que esto llegue a la sociedad civil, y a su juicio uno de los problemas está en la poca conexión entre la Universidad y el gran ámbito empresarial. la gente va a pensar que Y por si eso fuera poco, de acuerdo con Labrador “muchos piensan que es una tontería sin trabajo previo, pero hay que darle un rigor científico visible, no solo subyacente”.
“Un video de unos minutos puede requerir el mismo esfuerzo que un libro completo, y en méritos académicos no se valora como transferencia de conocimiento”, afirma Labrador. Mientras no se valore los académicos no van a hacer divulgación real.
 “Montar un palacio en Minecraft son más de 500 horas ¿Por qué no está reconocido? Ni siquiera reconocen colaboraciones en revistas de divulgación”, se lamenta. El gran problema de la universidad es ausencia de contacto con la sociedad. Y en su opinión, el contacto con la realidad, pasa antes que por congresos por elementos como rutas turísticas, videos, proyectos conjuntos con vocación no exclusivamente académica…
Viendo los vídeos del proyecto, uno percibe que trabajan de una forma dura y compleja y que con ello generan un resultado simple, efectivo, visual e impactante; pero sobre todo un contenido útil, pensado para ser didáctico y que parte del respeto a la realidad histórica.
“Intentamos que los personajes se asemejen a los cuadros conservados y que todo parta de un estudio exhaustivo de la realidad limitado a la simplicidad que tenemos”, afirma Labrador. “Puede ser interesante para venderlo a televisiones, pero la velocidad de producción y la inflexibilidad total del sistema de contratación de la universidad impide el trabajo a esa escala, ya que un grupo mediático poderoso te puede pedir 25 capítulos en un solo mes”, concluye. Y con esos moldes rígidos no se llega al gran público.
LENGUAJE Y MÉTODO DE ESCRITURA EN EL PROCESO DE CATALOGACIÓN, INVENTARIO Y TASACION DE LAS OBRAS DEL ARTE - CRISTINA SALAMA FALABELLA


Cristina Salama Falabella es especialista en Historia del Arte,y directora de Tasararte, una empresa dedicada al asesoramiento artístico, a la tasación de bienes patrimoniales.
De acuerdo con Salama, es difícil comprender el Arte como mercancía, pero el hombre tiende a mercadear y el artista que vivir de algo. A lo largo del tiempo se desarrollaron diferentes agentes como marchantes, comerciantes, etc. Los poderes públicos siempre se interesaron por el arte y sus funciones y para estudiarlo nació la figura del perito tasador.
El perito es un conocedor, una figura auxiliar, y hay que tener en cuenta para ellos las diferentes facetas del mercado, el secundario y el primario. No es lo mismo además que el artista este vivo, que se traten de obras antiguas, pero en cualquier caso es difícil trabajar la obra de arte.
De acuerdo con Salama la cantidad de obras de arte falsas que hay en el mercado es ingente, se calcula que ronda un tercio del mercado y a veces es demasiado difícil detectarlas. Por ello el perito es requerido muchas veces con el restaurador y con los seguros, con las particiones y tasaciones de herencias, los divorcios. Es una parte poco glamurosa pero igual de importante de la vida y del Arte. De hecho, el patrimonio puede ser empleado incluso para cerrar deudas con Hacienda, nos cuenta.
Pero ese negociado con Hacienda puede ser complementario a una venta tradicional, regida por las leyes del estado y que ha de acompañarse por una autenticación. Esto se produce debido a que la autoría es fundamental, no se puede dar una certeza absoluta, pero casi siempre se puede acotar a una región, a una escuela y a un margen temporal más o menos ajustado. Tras ser identificadas y autenticadas han de catalogarse, y si son falsas, por mucha calidad que tengan esas falsificaciones han de destruirse.  
En cualquier caso, es necesario diferenciar autorías confirmadas, escuelas, talleres, atribuciones, círculos de trabajo y demás elementos que no descartan ni aseguran la autoría, pero que no apuntan hacia una falsificación.
La falsificación es endémica del mercado de Arte, y proviene de un hecho premeditado. La falsificación, y los delitos contra la propiedad intelectual, no solo de Arte, ocupan el tercer lugar en negocios ilegales mundiales. La intención del falsificador es inducir a engaño, y su objetivo es obtener beneficios, confundir al comprador y en ocasiones a toda la sociedad.
Esto puede detectarse con matices imperceptibles para aquellos que no son duchos, y el proceso de valoración comienza con el ojo del experto. Si se atribuye a un artista se ha de consultar bibliografía, realizar análisis de datación en laboratorio, realizar radiografías para ver lo que esconde el dibujo. Pistas como un simple pigmento inventado en una fecha puede descartar una atribución.
Según Salama, no podemos descartar ni siquiera la cara trasera del marco, de la tela. Puede darnos una serie de pistas que sean la clave del estudio, la atribución y la tasación por tanto de la obra. Ha de establecerse la cadena de propiedad en la medida de lo posible, puesto que cada faceta es un paso más en el largo camino hacia la verdad sobre una obra de arte.
Al final de ese camino se encuentra la tasación, la estimación del precio de una obra y lo que una obra de arte estará dispuesta a obtener de ella. La objetividad pura es imposible, por lo que independientemente del rigor y el método aplicado habrá un importante elemento subjetivo. En este camino, el llamado método sintético, se emplean diferentes variables como obras similares, estudios de las condiciones en las que se encuentra, testigos, etc. Todo ello se resume en dossiers que se emplean en todo intercambio comercial de arte.
Para concluir, Salama afirma que los conocimientos de los historiadores de arte y la formación universitaria han sido en ocasiones deficiente, y por ello es necesaria una formación que les haga tener presente la importancia de estas técnicas.
MANUEL LUCENA GIRALDO – GÉNEROS HISTORIOGRÁFICOS: HISTORIA BIOGRAFÍA Y ENSAYO 


Como ya anunció en la primera jornada, Lucena expresa su intención de convertir las ponencias en talleres en la medida de lo posible. Y es que, según afirma Lucena, para ser un historiador completo no sirve con dominar solamente lo académico o lo divulgativo, hay que dominar diferentes registros, incluyendo el narrativo. Y esto es así porque para no podemos llegar a distintos públicos usando el mismo camino.
Es necesarios estudiar una poética de la historia. Hemos de apoderarnos, según Lucena, de esa narrativa en la que hay unas reglas, unos artificios y unas normas. Un historiador no puede mentir y si lo hace no hay Historia. Pero, “¿cómo llegamos a ser historiadores?” se pregunta Lucena. Para comprenderlo hemos de aproximarnos a las figuras del cronista real del estado autoritario tardomedieval hasta llegar al estado pactista polisinodial de la monarquía Hispánica que fomenta en las distintas corporaciones empoderadas la aparición un gran número de cronistas oficiales y asalariados.
No había ciudad que se preciara sin cronista, y ese cronista urbano sustituye en importancia al cronista real, pero tras los cronistas urbanos aparecen en el XVIII una serie de Academias que generan una tradición de origen francés que realiza una labor de estado. Las academias de Historia nacen sometidas al poder regio y pretendían recuperan hechos del pasado que dieran ejemplo a los hombres del presente.
Nadie discute la importancia de la Historia como un importante escenario político, importante también en el combate de los relatos alternativos y contrarios al poder y a la narrativa de la élite. El romanticismo y el nacionalismo matizan todo ello, y es precisamente ahí cuando aparece la novela histórica en el sentido literal. Esa novela es una herramienta de pedagogía nacional que busca que los miembros de esa nación se pongan de acuerdo en el relato de su pasado mítico y de los héroes de la patria.


“Lo fundamental es que el lector sienta que está ahí con los héroes fundadores, no saber si ese héroe le gustaba su vecina o no”. Leer novela histórica no es aprender Historia, hay que diferenciar la novela histórica de la ficción con ambientación histórica”. La Historia es una escritura de la realidad, no una ficción.
Pérez Galdós lo que crea es un gran monumento nacionalista. La muerte de la escritura de Historia es inventarse cosas importantes. Se puede imaginar a partir de las fuentes, pero el historiador no ha de inventar. En la segunda mitad del XIX nace un nuevo modelo positivista, una edad de oro en la que los historiadores quedan integrados en la gran narrativa.
El fin de esta época llega con la Primera Guerra Mundial, la posguerra y los años 20 quedaron matizados por novedades técnicas y por el llamado perspectivismo. Es en esta época en la que según Lucena surgen una serie de preguntas determinantes para comprender la forma en la que narramos hoy en día “¿Puedo narrar una batalla con interés en lo que piensa un soldado y un general a la vez? ¿Puedo utilizar los objetos y las emociones?”,
Pese a la labor inestimable de autores como Galdós en el Siglo XIX, en la segunda mitad del XX España queda marginada, perdemos la capacidad de síntesis, dejamos de producir manuales y son los extranjeros los que se convierten en los hispanistas. Otros vienen de fuera para producir manuales que necesitan para enseñar historia de España en sus universidades de origen, por ejemplo, Raymond Carr. En esa época hay una gran hibridación disciplinaria en todas las direcciones posibles. Y tras la caída del comunismo en 1989 y hubo una corriente de recomposición de las grandes narrativas, un influjo y un impacto de lo visual y lo virtual. Pero es el perspectivismo lo que, de hecho, sigue desde entonces dominando el sistema.
¿Cuáles son las convenciones, las herramientas y los mandatos del Historiador?
Según Lucena, “aunque a veces nos olvidemos, los académicos hemos de ser escritores”. Hemos de tener una serie de mecanismos para llegar a ese público al que nos queremos dirigir. El historiador no es alguien que inventa, es alguien que parte de las fuentes, alguien que crea un producto que enraíza en bases académicas. La escritura de la historia remunera lo simple, hay que hablar lo más simple posible, hay que usar el sustantivo más que el adjetivo.
Los libros han de adaptarse a las exigencias de las editoriales y de los lectores, todo ello respetando la coherencia interna, dejando   respirar los materiales y buscando un equilibrio delicado entre aparato crítico y fluidez. “Yo hablaría de comunicar, ese es el objetivo fundamental”, remata.
Asimismo, de acuerdo con Lucena, hay una serie de hábitos útiles “la bohemia es malísima” y los historiadores son gente de hábitos muy constante. Sin embargo, hemos de saber incorporar lo inesperado, lo que le quita la razón. Hemos de cuidar la distinción entre ficción y novela histórica, pero nunca perder de vista que hay un público con una demanda creciente de aproximación al pasado. Peleamos por esos públicos y no hay que tener aprehensión.
La biografía
Siempre ha habido públicos para la biografía, sin embargo, quedan todavía una especie de prejuicios extraños en torno a la biografía. Las carreras parten del registro académico, pero la base de partida es ir ampliando nuestra capacidad de gestión de otros escenarios. La biografía tiene una larguísima historia en occidente. “La razón del eterno éxito de la biografía es que somos unos chismosos” nos interesa sobremanera la vida de los demás, afirma Lucena.
Esta tradición, que parte del mundo clásico y llega hasta la Ilustración se basa en la faceta pública y poco a poco cubre también la vida privada. Lo íntimo da lugar a nuevas perspectivas y materiales biográficos. En el XIX llegan las autobiografías, un género peligroso, legitimador. Este género, en muchas ocasiones, no es creado por el propio personaje si no por alguien a quien contrata. Ha de ser un producto sintético, una creación en el que lo que se cuente y cómo se cuente han de ser consistentes. “Puede que como historiadores fracasemos biografiando alguien, pero no pasa nada” afirma Lucen, “asumir esa derrota es lo más honesto”.
El ensayo
Montaigne fue un fracaso como hombre público, y cuando se dio cuenta de lo rápido que pasaba la vida y lo mucho que le quedaba por leer y escribir se fue al campo y comenzó a experimentar, creando el ensayo. Según Lucena, “el ensayo es típico de las épocas de cambio, de ruptura, de guerra. Es una herramienta imprescindible para pulir ideas, para transmitirlas”. El ensayo no es lo mismo que un tratado.
Ensayo y el ensayista son evanescentes, nacen del momento y caducan poco después. Enraízan con el periodismo y el periódico. No hay prescripción formal exacta, es un género muy libre más allá de la brevedad y otros ritos. Hay una ilusión de credibilidad, el ensayista presupone el interés de los demás, pero al primero que le sirve es a él mismo. Nunca nos lo podemos tomar demasiado en serio. No hay ensayo sin humor, y se lleva fatal con la corrección política y el dogmatismo.
Lucena cierra la conferencia con una serie de consejos útiles para el escritor, incluyendo el de novela o ficción histórica. Y todos ellos parten de la práctica constante y pulida.
-1- corregir en calientes es peligroso: sin urgencia, mejor corregir después de dar una vuelta.
-2- La maqueta expresa un estilo: colocar negritas, cursivas y segmentar es positivo. Mejora el texto y fortalece la autoría.
-3- Leer y releer es excelente.
-4- La escritura es un proyecto, hay que pensar qué queremos escribir y para quienes
-5- Documentarse es imprescindible, y no todo está en internet.
-6- Forma y fondo deben coincidir: los elementos del texto deben encajar
-7- El cuaderno de ideas debe estar a mano y tienen que sobrar materiales e ideas, pero hay que anotarlas
EL ENSAYO Y EL RENACER DE LA NO-FICCIÓN. CINE, CÓMIC Y TELESERIES, QUE SON Y CÓMO SE FABRICAN (TALLER) - LUIS CONDE-SALAZAR.

Luis Conde-Salazar Infesta es periodista, guionista de series infantiles, crítico literario, editor y escritor. Pero lo más destacado es su voz, una voz aterciopelada, grave y contundente, como una sábana calentita, suave y pesada en una fría noche de invierno. La verdad es que él también sabe lo de su voz y lo utiliza, la ponencia comienza con una fábula y a través de ella intenta seducirnos como si fuera Paco haciendo del Tenorio en el teatro televisado de los 50.
Nos habla de la narrativa y de la perspectiva del autor desde antiguo. La historia de la escritura nos lleva desde las fábulas romanas al cine y a las series. “Es posible que un bebé nacido hace seis meses haya visto más imágenes distintas que una persona que viviera entre el XIX y el XX en toda su vida”, afirma categórico. No cabe duda de que vivimos en un ecosistema audiovisual, en una sociedad de pantallas, pero si el producto audiovisual no tiene un contenido apropiado los no se vende, por mucha calidad técnica que tenga.
Cada vez más público se acerca a la historia a través de series televisivas, reportajes, documentales, cine histórico… Pero este auge no se pude desligar del auge general del documental, de los programas de experiencias de viajes, gastronomía, etc. Cuando se adaptó el Nombre de la Rosa un hecho pasó desapercibido, uno de los mejores medievalistas del momento capaz de imprimar un toque que no hubiera surgido sin la colaboración. Y poco a poco, el desarrollo profesional de estos especialistas comenzó a retroalimentar el deseo de la sociedad de masas de un rigor que antes no importaba. Comienzan a exigirse ambientaciones de calidad, vestuarios apropiados, etc.
En los últimos años también en España podemos percibir este auge cuantitativo y cualitativo, especialmente gracias a una mayor inversión. Pero una película no se sostiene con guiones que no cuentas nada. Para hacer una buena producción audiovisual hace falta un buen guion y un presupuesto generoso, sin ambas cosas es difícil hacer nada de calidad. Trapiello y JRJ insistían en escribir de una forma cercana a la oralidad.
Hay poca monografía en España sobre documentales de divulgación, hay poco y de acuerdo con Sonde-Salazar es un “tostón”. Nunca hay que aburrir y eso hay que tenerlo en cuenta en el guion histórico. No hay que incurrir en el abuso de fechas y datos, terminan por confundir al espectador. Si no se puede contar con imágenes conviene que el lenguaje sea directo, claro y conciso. La elección de imágenes ha de ser cuidadosa y teniendo en cuenta los niveles de guion, rodaje y montaje. Si una de estas tres patas falla la película se cae. Las elecciones deben gozar de coherencia interna y para eso todo profesional del cine ha de pensar como espectador.
Hay elementos que pueden parecernos poco importantes pero que tienen un peso audiovisual determinante. Estas son la voz en off, la música. En los últimos tiempos se han producido transgresiones en la narración documental realista con nuevos elementos que llevan al documental al límite de dejar de considerarse como tal. “Me ofrecieron hacer un documental del centenario del Vicente Calderón y para decir lo que no se había dicho lo único que se me ocurrió fue introducir la magia”, cuenta Salazar, y tuvo éxito. Las posibilidades para un documental son muchas, no tenemos por qué trabajar en estático y de manera tradicional.
Pero no solo los documentales, las series también crecen a un ritmo vertiginoso, cada año se supera al anterior en parte gracias a los servicios de Streaming. Se mire como se mire es una época de bonanza en la producción audiovisual, pero hay amenazas como el ver series sin atención de manera compulsiva con el único objetivo de terminarse las series. Cada semana sale una mejor serie de la historia y si no has visto Chernóbil no eres nadie.
Guiones
Conde-Salazar describe detalladamente el proceso para realziar un guion. Los guiones tienen una serie de particularidades que los convierten en un estilo rígido y de formato muy concreto. Elementos como la letra Curier New 12, los márgenes de una medida exacta para que los diálogos duren un minuto por página, y una complejidad formal enorme se convierten en algo que parece fácil cuando el ponente ejemplifica a tiempo real la improvisación y creación de un guion en directo del que somos testigos y protagonistas. No se puede entrar en demasiado detalle, solo hay que incluir lo imprescindible y lo básico. Lo fundamental. Hay que utilizar puntos y aparte con frecuencia y tiene que ser fácil de leer para el que tiene que hacerlo, por eso tiene ese formato.
Conde-Salazar se detiene en El Ministerio del Tiempo y nos emociona en un elemento de ternura espectacular. El guionista, Pablo Olivares, estaba enfermo terminal de esclerosis múltiple y en sus últimos meses de vida se dedicó a escribir el guion de la primera temporada. Junto a su hermano Javier, creador y showrunner de la serie, Pablo mantuvo el sentido del humor en el guion demostrando la implicación del que vive como artista hasta el final del que dedica hasta su último aliento al entretenimiento, “show must go on”.






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