Aplicación del Mindfulness a la Psicoterapia
Por tercer año consecutivo y
tras el éxito de ediciones anteriores, el Centro Asociado de la UNED de
Guadalajara inauguraba hoy el curso “Mindfulness y Psicoterapia”. Entre un centenar de participantes, llegados
de diversos puntos de España, cabe destacar la presencia de un gran número de
psicólogos y estudiantes de Psicología. Este año, el curso pretende ahondar en
la búsqueda de la evidencia científica del Mindfulness y sus aplicaciones en
Psicoterapia, recogiendo sólo aquellos procedimientos que tienen un respaldo
empírico.
El Profesor Titular de Psicopatología, Miguel Ángel
Santed, inauguraba el curso abordando el tema del “Mindfulness y la salud; su evidencia
científica y las relaciones terapéuticas”. Al principio de su charla, Santed
exponía el origen del Mindfulness, con base en la meditación budista. La meditación, como medio para aliviar el sufrimiento, puede
jugar un papel importante ayudando a desarrollar una visión correcta de la
realidad, tomando conciencia de ella, sin intentar cambiarla, aceptándola, y
consiguiendo, finalmente, un distanciamiento que se transforma en un mecanismo
regulador de las emociones.
Primera jornada del curso, con el aforo completo. |
En relación al Mindfulness y su aplicación en las
llamadas Terapias de Tercera Generación, el profesor Santed nombraba a Jon
Kabat-Zinn, precursor de la aplicación del Mindfulness a las terapias psicológicas.
Actualmente, existen cuatro Terapias de Tercera
Generación que se complementan con la práctica del Mindfulness para mejorar la
tolerancia al malestar, la regulación emocional y la eficacia interpersonal.
Estas terapias son: el MBSR (Una práctica psicoeducativa grupal que se aplica para
la reducción del estrés); el MBCT (Terapia cognitiva para prevenir las recaídas
en los casos de depresión); el ACT (Terapia de aceptación y compromiso) y el DBT
(Terapia comportamental-dialéctica basada en la teoría de Linehan para el
tratamiento del trastorno límite de la personalidad).
Según algunos estudios y meta-análisis, la práctica de
Mindfulness puede mejorar el dolor crónico en casos de fibromialgia, el dolor
crónico de espalda, el dolor reumático, prevenir las recaídas en casos de
depresión mayor -a partir del tercer episodio-, mejorar el estado de depresión
en caso de esclerosis múltiple, disminuir la ansiedad social y, sobre todo, se
ha demostrado su efectividad para el control de estrés.
Aunque, según Santed, aún hay mucho que mejorar en los
estudios y conclusiones científicas relacionados con la práctica del
Mindfulness. De hecho, en la actualidad, existen pocos estudios, las muestras son
pequeñas, con riesgo de sesgo, sin homogeneidad en las intervenciones y sin
estudios de seguimiento.
Félix Hernández, coordinador del curso, a la izquierda, y el profesor Miguel Ángel Santed, durante su ponencia. |
La "moda" del Mindfulness
Para terminar su ponencia, Santed, hacía referencia al
Mindfulness como una “moda”, que hoy en día ha superado el boom conseguido por
otras prácticas como la Inteligencia emocional y el Coaching, años atrás. El
Mindfulness, se ha extendido de manera sorprendente en la sociedad abarcando el
campo de la docencia, el clínico/sanitario, el de autores de libros, a nivel de
usuario y a nivel comercial. En este
sentido, el profesor advertía de que hay que ser cuidadosos en cómo se orienta
al usuario y concluía que “frente a los prejuiciosos, por un lado, que
desechan el Mindfulness como práctica terapéutica, y frente a los vendedores de humo, por otro, que lo
muestran como una panacea para todos los males, lo que debe prevalecer es la
investigación, el rigor y la honestidad”.
Eduardo J. Pedrero, segundo ponente de la primera jornada. |
Mindfulness y las conductas adictivas
La primera jornada de esta tarde de verano continuaba
con la ponencia sobre el “Mindfulness en el tratamiento de las conductas
adictivas”, a cargo de Eduardo J. Pedrero, Doctor en Psicología y miembro de la
Unidad Técnica de Formación e Investigación del Departamento de Evaluación y
Calidad de Madrid Salud.
Pedrero exponía los dos paradigmas existentes en Psicología en
relación a la adicción. Por una parte, hacía alusión al modelo dominante, que
es el biomédico, en base al cual la adicción se considera una enfermedad
cerebral crónica y recidivante, con sólida base genética, que puede controlarse
con fármacos pero no curarse, que acompaña a otros trastornos mentales y que se
caracteriza por cambios estructurales y funcionales irreversibles provocados
por los efectos de las sustancias consumidas.
Frente al modelo biomédico, existe otro anterior y
opuesto en sus conclusiones, que es el modelo biopsicosocial. Según este último,
la adicción no es una enfermedad sino un conjunto de conductas que se
caracterizan por ser hábitos aprendidos que, una vez establecidos, se hacen
difíciles de extinguir, incluso cuando se acompañan de numerosas y dramáticas
consecuencias. Según el modelo biopsicosocial, las adicciones se mantienen por
reforzamiento: inicialmente por un refuerzo positivo y, posteriormente, por un
refuerzo negativo. La carencia de fuentes de reforzamiento alternativas otorga
un valor adicional a las expectativas de consumo. Se trata, en definitiva, de
una construcción contextual y social.
Según diversos estudios, se ha comprobado que el esparcimiento
ambiental y los estímulos sociales
disminuyen las adicciones. Partiendo de la teoría de que el estrés está en la
base de todos los problemas adictivos, es por lo que en muchos casos, la clínica se ocupa de
conocer cuáles son los desencadenantes. El estrés agudo está relacionado con la
depresión, la psicosis, la ansiedad y los trastornos de la personalidad. La adicción se relaciona con una búsqueda de placer. En
el caso de la droga, se usa para quitarse el malestar.
Otro momento de la segunda ponencia del día 9 de julio. |
El Mindfulness dentro del modelo Biopsicosocial
La terapia cognitivo-conductual basada en el Mindfulness
ha demostrado ser efectiva para tratar la rumiación y la preocupación que conllevan
algunas de estas problemáticas. La evidencia apoya el uso de las intervenciones
del Mindfulness para aliviar los síntomas de ansiedad, para apoyar cambios de
estilo de vida y aliviar el estrés.
Por lo tanto, una terapia basada en el Mindfulness
para la recuperación de la adicción tiene cabida dentro del modelo Biopsicosocial para complementar a otras intervenciones de probada eficacia. La
reducción del estrés parece ser el beneficio principal. Pero lo más interesante, a juicio del
ponente, es que la práctica de la meditación Mindfulness, atendiendo a la
Neurociencia, también puede proporcionar al individuo un conocimiento mejor de
sí mismo. Al final, no hay un tiempo de meditación, sino que la vida cotidiana
se vuelve meditativa y hay un cambio en la conducta. Se produce así un cambio
cualitativo en la percepción del yo que puede producir cambios en la
personalidad.
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