La mañana del 2 de julio ha comenzado con la intervención de María del Mar Graña Cid, profesora de Historia espiritual y de la Iglesia en la Universidad Pontificia de Comillas. Mª Mar Graña nos cuenta que para entender el pensamiento de la época de las mujeres es muy importante estudiar la espiritualidad, para poder conocer la historia de las mujeres. Un campo de estudio en pleno auge en el contexto internacional.
En España el fenómeno de la
espiritualidad femenina en el siglo XV está representado en la literatura.
Además, existe un movimiento paralelo de mujeres fundadoras, como Santa Teresa.
Ambos son ámbitos muy productivos.
El siglo XV es peculiar y es que culturalmente está condicionado por los debates humanistas. Uno de los temas que preocupan a los pensadores de la época es el debate de la actividad de las mujeres, con detractores y defensores del papel de la mujer. Es un momento muy vivo de cuestionarse el papel de las mujeres en la sociedad. En este siglo hay bastante libertad para las mujeres, para poder escribir sus obras y para poder hacer sus fundaciones.
Hay una conexión entre Santa Teresa y la mística femenina del siglo XV. La profesora Mª Mar Graña ha analizado las figuras femeninas que aparecen en los textos de Santa Teresa. Su producción bibliográfica es tan grande que aportar algo nuevo es difícil, pero a ella le interesa el contexto histórico en el que vive Teresa de lo que significa ser hombre y mujer en los escritos espirituales. La profesora hace una búsqueda de la originalidad femenina, qué es lo que aportan las mujeres de nuevo en su obra histórica.
Respecto a los textos, Mª Mar Graña ha revisado todos los textos de Santa Teresa, excepto el Epistolario. Analiza toda su obra literaria biográfica y espiritual. Y le ha sorprendido constatar la escasez de referencias a figuras femeninas en su obra, que choca con otras escritoras del siglo XV. Menciona a muy pocas santas, se extiende especialmente en San José, santo clave en su vocación. ¿Qué figuras femeninas menciona Teresa? Siendo ella judeo conversa sólo cita a Lía y a Raquel del Antiguo Testamento. No entra a valorar el papel histórico de las mujeres, en contra de lo que hacían las místicas medievales del siglo XV. En cuanto al Nuevo Testamento, se refiere a la Samaritana. Santa Teresa la menciona en una dimensión espiritual que subraya su función activa. Además, Marta y María son citadas en los escritos de Teresa como símbolo de la vida activa (Marta) y la vida contemplativa (María). Para ella la persona tiene que integrar la vida activa con la contemplativa, algo curioso para una monja de clausura. No se pueden dar por separado y conecta ahí sí con las escritoras del siglo XV. Menciona mucho a la Magdalena, le tiene mucha devoción. Se encomendaba a ella cuando comulgaba. Magdalena está relacionada con la mística y por eso tantas místicas la utilizan en su propia experiencia mística en su amor por Dios. Para ella Magdalena es una figura a imitar. Santa Clara, la primera mujer fundadora de la orden de las Clarisas, también aparece en su obra. Habla de ella cuando habla de todas las dificultades que tiene cuando va a fundar el Convento de San José. La figura femenina más importante para Santa Teresa es la Virgen María, la menciona muchísimo. Desde niña es muy devota de la Virgen María, especialmente cuando se queda huérfana de madre a los 12 años.
La profesora señala además las peculiaridades de las fundaciones de Teresa de Jesús, que funda de manera original, de una intensidad cualitativa y cronológica impresionante, a veces hasta dos conventos al año. La celeridad e improvisación son dos de sus características fundacionales. Improvisación también topográfica, de carácter provisional y precario a veces, con fuertes oposiciones y problemas. Trama una red de contactos personales que se coordinan para las fundaciones. Una capacidad de acción de Teresa, al igual que las figuras femeninas de las que ella habla en su obra.
Teresa tiene un autoconcepto de feminidad, que es muy activo y positivo de la mujer. No tiene problema en medirse con los hombres. Frente a las escritoras del S XV, Teresa le sugiere a Mª Mar Graña una figura más equilibrada entre la feminidad y la masculinidad, que integra en ella su parte femenina y su parte masculina, igual que había integrado a Marta y María.
El siglo XV es peculiar y es que culturalmente está condicionado por los debates humanistas. Uno de los temas que preocupan a los pensadores de la época es el debate de la actividad de las mujeres, con detractores y defensores del papel de la mujer. Es un momento muy vivo de cuestionarse el papel de las mujeres en la sociedad. En este siglo hay bastante libertad para las mujeres, para poder escribir sus obras y para poder hacer sus fundaciones.
Hay una conexión entre Santa Teresa y la mística femenina del siglo XV. La profesora Mª Mar Graña ha analizado las figuras femeninas que aparecen en los textos de Santa Teresa. Su producción bibliográfica es tan grande que aportar algo nuevo es difícil, pero a ella le interesa el contexto histórico en el que vive Teresa de lo que significa ser hombre y mujer en los escritos espirituales. La profesora hace una búsqueda de la originalidad femenina, qué es lo que aportan las mujeres de nuevo en su obra histórica.
Respecto a los textos, Mª Mar Graña ha revisado todos los textos de Santa Teresa, excepto el Epistolario. Analiza toda su obra literaria biográfica y espiritual. Y le ha sorprendido constatar la escasez de referencias a figuras femeninas en su obra, que choca con otras escritoras del siglo XV. Menciona a muy pocas santas, se extiende especialmente en San José, santo clave en su vocación. ¿Qué figuras femeninas menciona Teresa? Siendo ella judeo conversa sólo cita a Lía y a Raquel del Antiguo Testamento. No entra a valorar el papel histórico de las mujeres, en contra de lo que hacían las místicas medievales del siglo XV. En cuanto al Nuevo Testamento, se refiere a la Samaritana. Santa Teresa la menciona en una dimensión espiritual que subraya su función activa. Además, Marta y María son citadas en los escritos de Teresa como símbolo de la vida activa (Marta) y la vida contemplativa (María). Para ella la persona tiene que integrar la vida activa con la contemplativa, algo curioso para una monja de clausura. No se pueden dar por separado y conecta ahí sí con las escritoras del siglo XV. Menciona mucho a la Magdalena, le tiene mucha devoción. Se encomendaba a ella cuando comulgaba. Magdalena está relacionada con la mística y por eso tantas místicas la utilizan en su propia experiencia mística en su amor por Dios. Para ella Magdalena es una figura a imitar. Santa Clara, la primera mujer fundadora de la orden de las Clarisas, también aparece en su obra. Habla de ella cuando habla de todas las dificultades que tiene cuando va a fundar el Convento de San José. La figura femenina más importante para Santa Teresa es la Virgen María, la menciona muchísimo. Desde niña es muy devota de la Virgen María, especialmente cuando se queda huérfana de madre a los 12 años.
La profesora señala además las peculiaridades de las fundaciones de Teresa de Jesús, que funda de manera original, de una intensidad cualitativa y cronológica impresionante, a veces hasta dos conventos al año. La celeridad e improvisación son dos de sus características fundacionales. Improvisación también topográfica, de carácter provisional y precario a veces, con fuertes oposiciones y problemas. Trama una red de contactos personales que se coordinan para las fundaciones. Una capacidad de acción de Teresa, al igual que las figuras femeninas de las que ella habla en su obra.
Teresa tiene un autoconcepto de feminidad, que es muy activo y positivo de la mujer. No tiene problema en medirse con los hombres. Frente a las escritoras del S XV, Teresa le sugiere a Mª Mar Graña una figura más equilibrada entre la feminidad y la masculinidad, que integra en ella su parte femenina y su parte masculina, igual que había integrado a Marta y María.
Otras formas espirituales bajo sospecha en el tiempo de Santa Teresa:
el ascetismo estoico de finales del siglo XVI.
El profesor de Historia Moderna
de la Universidad de Valladolid, Adolfo Carrasco Martínez, es un especialista en la historia cultural de la
nobleza. En su discurso, Adolfo explica que su aportación en el Curso es la
contextualización de otras formas de espiritualidad contemporáneas a la época
de Teresa de Jesús. La relación entre una parte del estoicismo que florece en
Europa y se prolonga hasta el siglo XVII, y un grupo espiritual o secta llamada
la familia Caritatis, que se desarrolla en Europa y también en España. “La obra
y espiritualidad teresianas deben ponerse en relación con otras formas espirituales
de la época”, añade Adolfo Carrasco.
Hay una Europa dividida donde hay
muchas opciones alternativas a la situación: catolicismo romano, calvinismo en
formación y luteranismo en proceso de cristalización… Los cambios de
confesión de muchos europeos en este periodo no son extraños en Francia,
Alemania, Inglaterra y también Italia y España, los dos grandes países de
obediencia católica. Es un momento de complejidad religiosa. Surgen formas de
espiritualidad alternativas, más o menos clandestinas o fronterizas.
El profesor divide la conferencia
en tres bloques:
1. Estoicismo general, apuntes
de filosofía estoica. El estoicismo nace a raíz de la crisis de la polis en
torno al 300 a.
C. Zenon de Citio es el fundador, con formación cínica e influencia de
Heráclito. Los estoicos arrogan la pureza de la filosofía socrática. El éxito
del estoicismo es que arranca en la República romana, los maestros estoicos
griegos acuden a Roma para educar a los patricios. Cicerón es muy cercano a las
ideas estoicas. Hay también un estoicismo Imperial como Séneca, Epicteto y
Marco Aurelio. No hay un único estoicismo, existen textos muy escasos del
estoicismo al contrario de los que existen de Platón o Aristóteles.
Se basan en la lógica, la física
y la ética. Quieren lograr una vida feliz, es una filosofía práctica que se
puede resumir en 4 puntos:
- Filosofía monista, que proclama la unidad de todas las
cosas. Hay una ley universal y los seres humanos tienen una participación en
ese logos universal. Todo es corpóreo, hasta el alma.
- Filosofía inmanente, no trascendente. Dios no es una
realidad exterior al ser humano, es interior. No les preocupa que el alma
trascienda.
- No tienen una idea clara de Dios. Para ellos lo
importante es el perfeccionamiento del yo, que compete a uno mismo, cuidarse a
uno mismo.
- Compatibilismo, hacer compatible esto con la idea de
libertad. Abogan por vivir según la propia naturaleza de cada uno, con
libertad. Hablan de un sabio autosuficiente, indiferente al exterior, que controla
las pasiones, imperturbable, un individuo sólo preocupado por sí mismo.
Hay pocos datos de los estoicos,
pero Agustín tuvo la oportunidad de leer estos textos estoicos antes de que
desaparecieran y rechazó sus teorías de pleno.
2. Trayectoria de Justo Lipsio,
artífice de una reforma del estoicismo en la última fase del Renacimiento a
finales del siglo XVI. Justo Lipsio se forma con los jesuitas, pero da muchos
cambios en su espiritualidad. Fue a Roma en 1568-1570 y descubre a Séneca. Era
católico de origen, pero también estuvo en contacto con el protestantismo; pero
vuelve a ser católico al final de su vida. Se casó con una viuda católica y tuvo
grandes amigos e importantes contactos. Fue un gran erudito del siglo XVI y
enseñó en las universidades de Jena, Leiden y Lovaina. Vivió el cristianismo
intelectualista y también avanza en la profundización de los textos estoicos. Él quería ser figura de las letras, tiene problemas con los católicos y con los
protestantes porque pretende separar la religiosidad como algo privado y eso no
le gusta a la Iglesia. Se reconcilia con la Iglesia Católica en un acto en Colonia
que supone un enorme éxito de los jesuitas que han fichado a un gran
intelectual y la enorme decepción de sus amigos calvinistas, que le han
perdido. Para ellos Lipsio es un traidor. El rey Felipe II le nombra
historiador en 1595, es la gran figura intelectual del momento. Es un personaje
de la vida social y política, además de literaria. En la última parte de su
vida fue el autor de una serie de obras que pretendían recuperar la antigua
corriente filosófica conocida como el estoicismo en una forma que fuera
compatible con el cristianismo, tomando como modelo de partida la obra del
filósofo Séneca. Muere en 1606.
3. Secta de la familia
Caritatis y su relación con el estoicismo. Podría haber pertenecido Lipsio
a la familia Caritatis, esta secta fue fundada en 1540 por un comerciante
alemán Hendrik Niclaes. Fue una secta discreta, clandestina y que predica una
relación directa con Dios al margen de cualquier religión. Se extendió por
Alemania, Francia, los Países Bajos… La espiritualidad de la familia Caritatis
es camaleónica, no hacen proselitismo. Les acusan de hipocresía religiosa. Los
familistas están en contra de los ritos, tenían una idea de Iglesia invisible.
Cristobal Plantino fue un importante familista, y Plantino y Lipsio tuvieron
relación. Plantino publica las obras de Niclaes. Hay muy pocas fuentes de todo
esto. A finales del siglo XVI, Max Roses encontró por primera vez referencias a
la secta en unas cartas. A través del pensador español Arias Montano, los
pensamientos de la familia Caritatis vinieron a España desde Flandes. En 1560
se produjo una escisión en la secta. Cuando Niclaes empezó a considerarse un nuevo
mesías e hizo jerarquías hay una escisión y Lipsio seguramente sería de los
escindidos como Plantino.
En 1608 el flamenco calvinista
convencido y compañero de Lipsio, Adrián Saravia escribe una carta al arzobispo
de Cantenbury y le pide información sobre los familistas en Inglaterra. Une
estoicismo y familismo, critica fieramente a Lipsio. Le parece que el peligro
de los familistas, según Saravia, es que permite no romper con otras teorías
religiosas como el catolicismo. Encajaría Lipsio aquí, según la visión de un
amigo calvinista despechado. Tiene en común con el estoicismo, la idea del yo,
del interior y no del exterior.
Mística compartida y arquitectura. De la Alhambra de Granada al
Monasterio de El Escorial.
Por la tarde en la tercera
conferencia del día, el profesor de Historia del Arte de la Universidad
Complutense Juan Carlos Ruiz Souza ha realizado una conferencia novedosa
relacionando el arte cristiano con el musulmán y estableciendo también una
relación de la mística con la arquitectura. Pero ¿qué tiene que ver una cosa
con la otra? Ése es el trabajo de varios
años del profesor, donde el tema de “Castillo interior” de Santa Teresa es básico
en esta investigación, además de su visita al Monasterio de El Escorial y su visita
al Congreso celebrado en Salamanca con motivo del centenario de Santa Teresa.
Al-Andalus fue uno de los grandes
centros de la cultura de Occidente y según el profesor Juan Carlos Ruiz debemos
superar el estrés de 1500, ese desafío histórico. Acompañando su presentación
con multitud de fotos de distintos monumentos arquitectónicos, el profesor nos
habla de dos torres bastante desconocidas de La Alhambra. Dos torres de una estructura
especial, encerradas en sí mismas. Cautiva e Infantas son esas dos torres extrañas,
tienes que salir de la ciudad para entrar en ellas. No tienen agua ni letrinas.
Pero no se preguntaban para qué pudieran servir, a pesar de que estas dos
torres no tienen nada que ver con el resto de la Alhambra, no son abiertas,
apenas tienen unas ventanas minúsculas. En su interior en cambio es lujoso y
pensaron que eran palacios sin preguntarse más allá. Hay un contraste entre el
exterior, como una torre con apenas dos ventanucos, maciza, y el interior rico
y abierto. En la Cautiva hay un patio interior con inscripciones y poemas, con
un lujo de alicatados, es lo exquisito. La torre de las Infantas también es
realmente rica en el interior. Son espacios encerrados en sí mismos. Parece
mentira que sea tan rico visto desde fuera. Al profesor Juan Carlos Ruiz le
choca que fueran palacios y lo relaciona con un movimiento místico del siglo XIV,
unas cofradías que se ponen a rezar juntos, a cantar y entran en éxtasis. La
fama de esta gente hace que sultanes de palacio les llamen a La Alhambra. Ibn
Yubair hace una Ribat, el relato de un viaje. Este valenciano de la época
medieval llega a Siria y en Damasco hay torres en la zona del palacio, elevadas
torres con palacios riquísimos en su interior. Torres que usaban los místicos
sufíes. Se ponen estancias para los ascetas, para los religiosos y para los
místicos. Se llaman torres libres o calahorras y son lugares de reunión. En el
Islam es fundamental hacer Ribat, como hacían los monjes guerreros que se
encontraban en lugares de frontera. Se queda la Ribat después de evolucionar
con el aspecto espiritual. Estas torres que miran hacia el norte son como una
metáfora del Ribat. A día de hoy nadie ha dado una funcionalidad a estas torres
de La Alhambra.
Al-Andalus y Granada más allá
de 1492
Era necesario un discurso
integrador, había que integrar la arabización-islamización. Y eso supone cambios
en la asimilación de Al-Andalus. Juan Carlos Ruiz cuenta que siempre lleva a
sus alumnos a la Iglesia San Román de Toledo, de la primera mitad del siglo XIII.
La iglesia es un homenaje a las distintas religiones, hay latín y árabe sobre
material visigodo, con arco de herradura. En una misma Iglesia se mezclan las
dos sensibilidades religiosas de la ciudad, el Islam y el pasado visigodo
cristiano de la ciudad.
Alfonso X da un paso más, con un
proyecto integrador. Alfonso X cuenta la historia de España de una forma
correlativa, en sentido cronológico. Utiliza el patrimonio arquitectónico
monumental para atestiguar que lo que cuenta es verdad. Incluye el mundo
visigodo, el mundo islámico, la ampliación de la Mezquita de Córdoba, la
Catedral de Toledo, de Al-Andalus, el Naranco en Asturias, del puente de
Alcántara… va recorriendo el paisaje de España. En el epitafio que Alfonso X el
Sabio manda poner sobre la tumba de su padre (Fernando el Santo), hay
escrituras en latín, árabe, castellano y hebreo, todo abrazado por las armas
del rey. Es un epitafio integrador de todas las culturas.
Otros ejemplos integradores son en
el siglo XIII las telas de las Huelgas de Burgos. Esas telas ricas lo llevan al
techo y lo hacen en yeso. También la Torre de Villasana de Mena construida en
1499 en Burgos, que es como la Giralda. A
Granada vino gente de Alemania, Rusia, Polonia, etc. en torno a 1500 para ver
la Alhambra. En Valladolid se copia una puerta de la Alhambra en un convento.
La ciudad de Granada se representa en algunas obras pictóricas como por ejemplo
en la tabla central del Retablo Mayor de la Catedral de Palencia, allí aparece
La Alhambra. El paisaje lo introdujo en un segundo momento porque habían puesto
la muerte de Cristo y los borra, pero deja la Alhambra. La mayor pintura mural de la España del siglo
XVI está en El Escorial. Allí se representa también la ciudad de Granada,
vestida no a lo nazarí sino a lo gótico y a lo cristiano. En el Escorial está
también el Martín de San Mauricio de El Greco, donde los hombres van ataviados
con las armas nazaríes en 1580.
“¿Sólo debemos hablar de
decoración, sólo de política, solo de cultura medieval? y ¿la religiosidad en
la arquitectura?”, se pregunta Juan Carlos Ruiz Souza.
En el centro de la clausura del Monasterio
de San Lorenzo de El Escorial hay una pieza que es del siglo XVI, la lucerna. Son
siete pisos, es un cubo cuadrado perfecto, con 12 puertas cuadradas, muy
relacionado con el ascenso-descenso, con la mística. Es algebra, matemáticas…
Juan de Herrera constructor del Monasterio era un llulista, seguidor de Ramón Llul.
La lucerna era un lugar místico. En la corte hubo un partido llulista
espectacular. Las siete moradas de Santa Teresa era lo mismo que el sentimiento
místico de Ramón Llul. Las torres tanto de La Alhambra como de El Escorial son
dos experiencias místicas. Felipe II tuvo admiración por Santa Teresa y se hace
un armario para guardar todos los libros de Santa Teresa a su muerte. Esa línea
intelectual de Ramón Llul, el carácter ascendente-descendente de Llul, Herrera,
Felipe II forman parte de una mística más intelectual, pero que al fin y al cabo
habla de lo mismo que Santa Teresa: de la mística.
En definitiva, la mística desde
Granada a Castilla. De Ibn Abbad de Ronda a San Juan de la Cruz y Santa Teresa.
La mística fue un punto de encuentro de la compleja sociedad castellana del
siglo XVI y tuvo que facilitar a los conversos un punto de encuentro.
Alborada de las ruinas. Hacia una lectura de la memoria histórica de
Al-Andalus en el libro de Las fundaciones.
Por último, para cerrar el ciclo
de conferencias de la segunda jornada del Curso, la profesora de Cultura
Española en la Emory College de EEUU, Mª Mercedes Carrión nos habla en su
ponencia de un trabajo que está llevando a cabo que sigue muchas huellas del
Congreso sobre Mudejarismo de hace algunos años en el que coincidió con Juan
Carlos Ruiz Souza. Un segundo hilo es su libro “Arquitectura y cuerpo”, publicado
en 1994. María Mercedes pretende tratar de recuperar la memoria histórica de
Al-Andalus, sobre todo después de 1492, en siglo XVI, cuando se expulsa a los
judíos y los moriscos. La arquitectura nos revela que ahí quedó mucho. La
supresión a lo largo de la historia española no ha sido capaz de suprimir esta
historia. Y por último, el tercer hilo es el enfocado en el comentario de
texto, tratar de ver el texto lo más cercanamente posible.
El trabajo empezó en 1994 en su libro “Arquitectura y cuerpo” sobre el libro de "Las fundaciones” de Teresa de Jesús, donde cuenta la historia de cada una de las fundaciones. Siendo éste un libro no tan espiritual, el eje que sigue es el signo de las ruinas. Las ruinas no son sólo los edificios completos y arruinados, las ruinas son unas partes de un edificio que un sujeto como Teresa de Jesús ve y quiere reconstruirlas. Teresa ve escombros y reconstruye. La mística se corresponde con la localización, habitar en lugares tales como el círculo místico, lugares donde uno se puede perder. Es la negociación del espacio. Teresa de Jesús cita en el libro de "Las fundaciones” las localizaciones como lugares donde realizar la mística. La autora desconocía las casas grandes y suntuosas que empezaron a construirse por toda la Península, pero sí conocía el palacio de Luisa de la Cerda en Toledo. Este palacio era frecuentado por damas de la más alta alcurnia incluso de la realeza. Representa los espacios como en Al-Andalus: como quedarse en, en vez de ir hacia.
Memoria histórica de Al-andalus, la crítica niega la materialidad física de los palacios. Las ruinas como un transfondo. Teresa de Jesús habla de ironía, paz, exilio, violencia y retorno en el libro de "Las fundaciones”. Los lugares ruinosos y los palaciegos, la unión mística no se da en estos lugares sino en otro lugar. Una mezquita, una sinagoga, la catedral en medio de la Mezquita de Córdoba... Teresa en las fundaciones lo lleva a un futuro y a otro lugar. El convento carmelita descalzo propone construir un lugar para librarse de la burla. No rechazaron las ruinas, una sinagoga que se convirtió en un espacio cristiano. Los místicos recolonizan las ruinas y adaptan los nuevos diseños que aprendieron de la práctica andalusí. También la Mezquita iglesia en un pueblo de Cádiz. Estos edificios confunden el interior con el exterior. Desde fuera es algo hermético (como las torres de la Alhambra), pero desde dentro es un espacio abierto. Aprendieron a jugar con la demanda del agua. El misticismo siempre busca un lugar vacío, al estilo de los fantasmas. Los místicos, artistas y los arquitectos como en la Capilla del Cristo de la luz en Toledo.
El trabajo empezó en 1994 en su libro “Arquitectura y cuerpo” sobre el libro de "Las fundaciones” de Teresa de Jesús, donde cuenta la historia de cada una de las fundaciones. Siendo éste un libro no tan espiritual, el eje que sigue es el signo de las ruinas. Las ruinas no son sólo los edificios completos y arruinados, las ruinas son unas partes de un edificio que un sujeto como Teresa de Jesús ve y quiere reconstruirlas. Teresa ve escombros y reconstruye. La mística se corresponde con la localización, habitar en lugares tales como el círculo místico, lugares donde uno se puede perder. Es la negociación del espacio. Teresa de Jesús cita en el libro de "Las fundaciones” las localizaciones como lugares donde realizar la mística. La autora desconocía las casas grandes y suntuosas que empezaron a construirse por toda la Península, pero sí conocía el palacio de Luisa de la Cerda en Toledo. Este palacio era frecuentado por damas de la más alta alcurnia incluso de la realeza. Representa los espacios como en Al-Andalus: como quedarse en, en vez de ir hacia.
Memoria histórica de Al-andalus, la crítica niega la materialidad física de los palacios. Las ruinas como un transfondo. Teresa de Jesús habla de ironía, paz, exilio, violencia y retorno en el libro de "Las fundaciones”. Los lugares ruinosos y los palaciegos, la unión mística no se da en estos lugares sino en otro lugar. Una mezquita, una sinagoga, la catedral en medio de la Mezquita de Córdoba... Teresa en las fundaciones lo lleva a un futuro y a otro lugar. El convento carmelita descalzo propone construir un lugar para librarse de la burla. No rechazaron las ruinas, una sinagoga que se convirtió en un espacio cristiano. Los místicos recolonizan las ruinas y adaptan los nuevos diseños que aprendieron de la práctica andalusí. También la Mezquita iglesia en un pueblo de Cádiz. Estos edificios confunden el interior con el exterior. Desde fuera es algo hermético (como las torres de la Alhambra), pero desde dentro es un espacio abierto. Aprendieron a jugar con la demanda del agua. El misticismo siempre busca un lugar vacío, al estilo de los fantasmas. Los místicos, artistas y los arquitectos como en la Capilla del Cristo de la luz en Toledo.
En el libro de "Las fundaciones”
Teresa hace uso de la retórica de autoridad, Teresa como arquitecta de la
reforma. En el "Libro de la vida” ya dice brevemente cómo empieza ella a
fundar. Para entender esta primera fundación hay que entender que la
arquitectura es también simbólica. El libro de "Las fundaciones” habla de una
serie de materias primas con las que construye con funciones arquitectónicas. Las
ruinas de una fábula mística, una adaptación y supervivencia dentro de la
historia, con esta ruina se puede construir una nueva época. Recuerda Teresa de
Jesús cómo se compraron, cómo se gestionó cada casa para sus fundaciones, la renovación
de cada uno de estos conventos, la capacidad de supervivencia de estos
edificios.
Muchas de las fundaciones de
Teresa se hacen sobre verdaderas ruinas. Hay dos estudios sobre la tipología de
la conventual carmelita. A la profesora le gustaría hacer una ruta por los
conventos de Teresa, ver los espacios primitivos de los diecisiete conventos que fundó
y ver si hay realmente una tipología conventual carmelita. Teresa propone que en cada
convento sólo haya doce monjas y que cada una tengo su celda, doce celdas más la de
la priora. Hay mucho que estudiar y mucho que entender. Mª Mercedes comenta
referencias literarias que compara con edificios arquitectónicos, pero no ha
podido entrar a los conventos, ya que son de clausura. Hace alusión la
profesora a cómo va describiendo Teresa cómo funda y cómo mientras vive en
el palacio de quien la patrocina. Las penurias las pasa poco tiempo, porque
gran parte del tiempo está en los palacios. Pero Teresa sólo habla en sus
escritos de las dificultades, no habla de su vida en el palacio. Ella da una imagen
muy limitada y muy sesgada. Teresa no hace más que quejarse en el libro de "Las
fundaciones” de todos los problemas que tiene, de que los conventos son
pequeños, insalubres, ruinosos y los tiene que cambiar.
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