miércoles, 29 de junio de 2022

Rusia y Ucrania: transiciones fallidas y percepción de las democracias liberales.

Rusia: de las esperanzas de democratización al autoritarismo

Tercera jornada del curso que evalúa la situación de las democracias occidentales. Para abrir la sesión, parada en el caso ruso. “Rusia: de las esperanzas de democratización al autoritarismo”, ha sido el título de la ponencia guiada por Jesús de Andrés Sanz, –Profesor de Ciencia Política y Vicerrector de Centros Asociados de la Uned–. Para el profesor,  “en sentido estricto la URSS desapareció por una crisis de gobernabilidad”. La falta de legitimidad y la eficacia fueron dos factores que contribuyeron a la caída del bloque soviético, bajo su percepción.

En cuanto a la ineficacia, identifica cuatro categorías:

  1. Económica. La más evidente, para él, ya que se trataba de un sistema de planificación económica. Basada en el hecho de ser absolutamente racional. “Una racionalidad excesiva puede conducir a la irracionalidad”, sostenía.
  2.  Social. “Ciertas élites tenían una serie de prebendas con respecto al resto de la población”, afirmó Sanz.
  3.  Política. Sistema de partido único. Estructura dual: las instituciones del estado y las del propio partido.
  4. Militar. Enorme gasto público para el ejército, “inversión propia de un estado en guerra”, apostilló.

“El sistema se mantuvo en pie por sus propias circunstancias históricas”, suscribía Jesús de Andrés Sanz. En continuidad con su análisis, ya en los años 80, surgen dos bloques en la concepción del poder, el conservador y el bloque reformista –aunque esta facción buscó perpetuar sus intereses–. Con Gorbachov comenzaron dos impulsos de transformación: la perestroika y el glásnost. En este momento la élite empieza a fracturarse entre conservadores y radicales, ubicado en estos últimos se encontraba Boris Yeltsin.

La aceleración de la perestroika trajo una modificación constitucional que se tradujo en la presentación de varios candidatos al Congreso de Diputados del Pueblo de la Unión Soviética en las elecciones de 1989. En 1990 Yeltsin es elegido Presidente del Sóviet Supremo. Con la reforma constitucional de 1990 el Partido Comunista pierde el monopolio del poder. En julio de 1990 Yeltsin abandona el Partido Comunista. En marzo de 1991 se celebra un referéndum para el mantenimiento de la URSS que pese a obtener un resultado favorable con respecto a su continuidad en lo efectivo marca la disolución de la unión tras el Tratado de Belavezha.

Con posterioridad, Yeltsin, gana las elecciones de junio de 1991, lo que le dio una posición de ventaja respecto a Gorbachov. Yeltsin, tras el golpe de Estado que tuvo lugar ese año, aparece como el líder solvente que lo enfrenta. Ya en diciembre se forma la CEI y Gorbachov se ve obligado a dimitir. En enero de 1992, con la URSS ya disuelta, surge la necesidad de poner en marcha una reforma económica que generase la existencia de un mercado. Aunque se van acometiendo algunas reformas, se plantean problemas como la falta de una constitución estable y el modelo de país, lo que deriva en la Crisis constitucional rusa de 1993. Yeltsin se impone, bajo la intervención militar, y se aprueba una constitución con un fuerte presidencialismo.

A finales de los 90, Rusia experimenta la crisis del rublo y Yeltsin persigue la búsqueda de un sustituto. Corrupción y guerras marcaron el periodo del primer presidente de la Rusia posterior a la URSS. Putin comienza a afianzarse en el año 2000 siendo percibido como un líder fuerte a colación, entre otras cosas, del conflicto con Chechenia. Empezó una reconstrucción económica y se impuso en la lucha con los oligarcas. Al principio de la década diversos atentados terroristas confirman a Putin como un líder duro que consigue recuperar Rusia. No obstante, de forma progresiva, acrecentó de manera ostensible su carácter autoritario. Mediante la iglesia ortodoxa ha revestido su liderazgo y se ha reprimido la libertad de opinión, amén de una reducción en la garantía de los derechos humanos. Bajo el sistema de Putin la democracia liberal queda percibida como una creación occidental.

Estas han sido algunas de las pinceladas establecidas por el profesor Jesús de Andrés Sanz para analizar el colapso de la URSS y la posterior deriva democrática en Rusia.

¿La caja de Pandora? Ucrania, conflicto político, polarización y guerra en Europa

Si la apertura de la jornada se ha dedicado a estudiar el lado ruso, no podía dejarse de lado el análisis de la situación en Ucrania. “¿La caja de Pandora? Ucrania, conflicto político, polarización y guerra en Europa” ha sido el título de la conferencia a cargo del profesor Rubén Ruiz Ramas –Profesor de Ciencia Política en la UNED–, conocedor en profundidad del sistema político ucraniano.

“La transición a la democracia liberal fracasó en Ucrania”, ha afirmado Ruiz Ramas. En el análisis del profesor el sistema del país es un régimen híbrido, caracterizado por un neopatriomonialismo oligárquico y afectado por la inestabilidad política. También ha estado servido el conflicto político y una polarización en torno a la identidad nacional ucraniana. Además, Ucrania, se ha visto afectada por las distintas intervenciones de Rusia.

En los estados neopatrimoniales la institución del partido político se sustituye por la presencia de camarillas de grupos financieros sectores industriales de relevancia. Si el rendimiento de cuentas en las democracias liberales se defiende frente a la ciudadanía, en este tipo de regímenes se hace frente a la élite político-económica y el electorado. En casos como el de Ucrania, la constitución de partidos políticos está capitaneada por oligarcas y los recursos para su financiación suelen ser de carácter privado.

A través de diferentes estudios el profesor ha trasladado que el territorio ucraniano vinculado a la adscripción prorrusa, no era necesariamente secesionista, incluso por parte de algunos representantes del Partido de las Regiones. La estrategia de la opción regionalista ha sido buscar la soberanía en los espacios donde mantenían su hegemonía para, con posterioridad, reclamar el centro del tablero político.

Entre las conclusiones obtenidas por Rubén Ruiz Ramas, el régimen híbrido al que está sometido Ucrania, "ha normalizado la incertidumbre institucional, pero no el fracaso en alcanzar la certidumbre en los resultados políticos". Además, "ha favorecido el fraude electoral o la acusación de fraude". Tampoco ha estado entre los principios democráticos del país, "la legitimidad del adversario", y,  "se ha procedido al uso de la fuerza o la amenaza de su uso". Todo ello conlleva unos elevados costes de las crisis de inestabilidad.   

Con esta ponencia concluye el curso, “¿El fin de una era? Crisis de la democracia, autoritarismo y guerra en Europa”, que ha traído desde diferentes disciplinas, afincadas en las ciencias sociales, el análisis de los rasgos que desestabilizan la solvencia de las democracias liberales y los nuevos retos geopolíticos que enfrenta el mundo, y más en concreto, la UE. Todo ello para vislumbrar aquellos desafíos –y las formas de abordarlos– que tendrán por delante los regímenes democráticos occidentales en los próximos años.

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