Feminismo y ciudadanía 2. Amelia Valcárcel Bernaldo Quirós (Catedrática de Filosofía Moral y Política. UNED)
Amelia Valcárcel |
En
esta última jornada del Curso de Verano ‘Feminismo y ciudadanía’, Amelia Valcárcel ha continuado con la
ponencia que inició el primer día en la primera sesión del taller.
Ha
explicado que la libre elección de Estado se alcanzó con las primeras leyes de
divorcio. Hay muchas sociedades que tienen repudio, en el Islam los hombres
pueden repudiar a sus mujeres.
Los
jesuitas en los estados católicos eran quienes educaban a las élites en su
casa, los nobles que luego serían los administradores del Estado. Ninguna mujer
tenía preceptores ni colegios. Se las encerraban de por vida en conventos. En
las grandes ciudades había uno o dos grandes conventos. Si se la necesitaba
para el matrimonio se la sacaba del convento, junto con sus dos damas. Todo eso
se acaba con la reforma luterana. El matrimonio deja de ser un sacramento para
convertirse en un contrato. La estructura monástica se quiebra con la Reforma.
Aparece
en el Protestantismo un nuevo concepto de familia. Lo que antes se hacía por
costumbre, se convierte en ley para que no cambie. Las mujeres se convierten en
menores de edad perpetuas para la sociedad de Jean J. Rousseau.
Rousseau
cree que las mujeres son sentimentales y no pueden ser racionales ni justas,
por tanto no pueden ser ciudadanas. Las mujeres no tenían que estar en el
espacio público y apenas coincidían con los hombres. Ha captado que hay una
rebelión de algún grupo de mujeres y no lo soporta. La codificación napoleónica
es para reducir a leyes todo esto, que incapacita a las mujeres por escrito. No
pueden comprar, ni vender, ni administrar sus propios bienes, no pueden viajar,
pasan de la tutela de su padre a su marido, no tiene patria potestad… las
mujeres no llegan a tener mayoría de edad.
En
España se ha salido de esto en 1982 tras la dictadura franquista y después con
UCD, con el partido socialista.
La
profesora propone leer la Declaración del manifiesto de Seneca Falls de 1848,
que lo van leyendo entre los diferentes alumnos. Se reúnen en Seneca Falls más
mujeres que varones que han intervenido en el movimiento antiesclavista. Casi
todos ellos son muy religiosos, son cuáqueros, una de las Iglesias reformadas.
Fueron traficantes de esclavos y se rebelan convirtiéndose en antiesclavistas.
Fueron los primeros que permitieron que una mujer fuera dirigente de una
Congregación. Muchas de las que firman el manifiesto son reverendas. Este
manifiesto se parece a la declaración de independencia de EEUU.
El
Feminismo es un derecho naturalista, del que habla J. Locke. En 1848 también llegó el manifiesto comunista, a la vez
que el manifiesto feminista. Este manifiesto sale de un debate a lo largo de
tres días. Cien
años después, en 1948 se hace la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
El
Feminismo socialista surge aunque divide al sufragismo en dos ramas a lo largo
del siglo XIX: el feminismo sufragista liberal y el feminismo no
sufragista societario.
Concepción Arenal
es una reformadora social, una intelectual de primer nivel, pero estaba en
contra de que la mujer votase justificándolo en una guerra familiar que se
podría desencadenar si ambos votan a distintos partidos.
El
consenso estaba en los derechos civiles y educativos, pero no tanto en los
derechos políticos o sufragistas. El 8 de marzo es el día que la Internacional
socialista de mujeres en 1910 decidió que sin derechos políticos no se podía
hacer nada. Se unieron por fin el sufragismo liberal y el socialista.
Hay
que empezar porque a las niñas se las enseñe a leer y a escribir. En el siglo
XIX las mujeres llegan al mundo laboral a través del mundo de las enfermeras y
las profesoras, porque se podían permitir dentro un orden. Se hacen los primeros
estudios para maestras, que piden un sueldo. La formación primaria recayó en
las mujeres, pero la formación superior quedó fuera.
Concepción
Arenal asegura que mujeres de familias académicas como excepciones sean
autorizadas a escuchar estudios (sin un título). En 1860 se les empieza a dejar
acudir a las universidades porque son excepciones y provienen de familias
académicas, de padres rectores o profesores. Acuden a clase “sin que sufra su
decencia”. La estudiante es llevada y recogida por un bedel y el profesor, que
está colocada en una parte especial de la clase. Su ama la recoge en la puerta
de la universidad para que no sufra su decencia. Para poder asistir a clase
tiene que hacer una instancia al profesor. El rector le pregunta al profesor si
cree que podrá controlar a sus estudiantes si acude una mujer a clase.
Renuncian expresamente al derecho a examen y al título. El derecho a examen lo
concedió la Primera República en 1870 en España. En Inglaterra el derecho a los
títulos fue tras la Primera Guerra Mundial. Después adquirieron el título, pero
no estaban colegiadas y no podían ejercer. La primera vez que la mujer pudo ir
a la universidad, hacer exámenes, tener derecho al título fue en 1911. Y fueron
atacadas días después por estudiantes con piedras. Rosario de Acuña se hizo eco de esto en la prensa y hubo
manifestaciones para que la desterraran y se la desterró.
Los
primeros Institutos femeninos se hacen en aulas desamortizadas y son de
mediados del siglo XIX.
Actualmente
el 63% de las universitarias son mujeres, es un cambio brutal, pues nunca ha
sucedido en la historia que las mujeres sean más numerosas en las
universidades.
Si
la lucha por los derechos educativos es dura, la de los derechos civiles es aún
más. No es el tiempo es que hace la lucha, es la gente. El sufragio se
convierte en la meta principal para lograr los derechos civiles desde los
parlamentos.
En
la mayor parte de los países europeos las mujeres comienzan a votar en los
ayuntamientos… En Nueva Zelanda es el primer país en donde se vota a gran
escala. En Gran Bretaña se consigue después de la Primera Guerra Mundial, pero
sólo para mujeres a partir de 30 años y solteras. En la mayor parte de los
países europeos se consigue después de la Segunda Guerra Mundial, en torno a
1950. En EEUU fue en torno a los 50-60.
En
España la II República permitió que las mujeres pudieran ser elegidas, al igual
que los curas. Fueron tres entre los 400 miembros. Clara Campoamor y Victoria
Kent fueron las primeras, pertenecían a partidos muy similares y durante
los años 20 habían compartido la lucha feminista.
Las
actas del Congreso estaban llenas de gritos, mandatos de “vete a fregar”, Clara
Campoamor antes de llegar al debate su partido le dice que no la va a apoyar en
el sufragio femenino. Victoria Kent dice que va a votar en contra del voto,
siendo la única otra mujer en la Cámara, porque la española no está preparada,
es una traición a la República. Allí se levantó Clara Campoamor con paciencia e
inteligencia y empezó su exposición y la mitad de los socialistas salieron a
mandato de Indalecio Prieto de que el voto femenino era “una puñalada a la
República”. Pero otro socialista empezó a meter a todos de nuevo a la Cámara y
se gana, Campoamor no se lo podía creer. Fue el 1 de octubre de 1931.
En
la Primera Declaración de los Derechos Humanos en 1948 se habla de la igualdad
y es una declaración feminista. Una gran feminista la impuso, Eleanor Roosevelt. El Feminismo es
internacionalista desde que comenzó, la Humanidad es una.
La
mayor parte de la industria bélica tiene obreras, las mujeres entran en las
guerras mundiales en campos donde no habían entrado antes. Pero al acabar la
guerra los varones vuelven, se echa a las mujeres de vuelta al hogar. Aparece
el hogar actual lleno de electrodomésticos que facilita la tarea a las que no
querían quedarse en su casa. Cosa aparte es la crianza y los dependientes y
ancianos.
La
tercera ola del Feminismo se ocupa de la agenda de los derechos sexuales y
reproductivos, la reclamación de paridad y los conteos de los años 80.
La
Vanguardia en el Feminismo Contemporáneo es la mayor que nunca haya existido.
Occidente tiene en el Feminismo su marca principal, nuestros valores de
igualdad están ausentes en muchos territorios a nivel Internacional. La
igualdad de las mujeres planetariamente es imparable, pero costará. Occidente
está produciendo en gran parte del mundo movimientos reactivos. La
Globalización es un fenómeno maravilloso y Occidente es percibido como el lugar
en que hombres y mujeres valen lo mismo. Hay multitud de lugares en el mundo en
el que ambos no coinciden en la vida pública.
Mª Ángeles Baños |
Mª Ángeles Baños
habla de una serie de grabados en el cuento de ‘Barba azul’, que nombra a su séptima esposa
“curiosa”. Ser curioso abre interés por las cosas y abre camino al
conocimiento. Trata de actuar con dominio, control para colocar a su curiosa
esposa en su “sitio”. Barba Azul le ofrece un manojo de llaves de su casa y le
dice que una no puede tocarla. Ella quiere desobedecer por curiosidad, él
advierte y ella desobedece aunque tenga que pasar por la crítica y el castigo.
Los adjetivos calificativos que recaen sobre las mujeres curiosas son
constantes aún hoy. Finalmente la esposa entra en esa habitación, donde están
el resto de las esposas de Barba Azul muertas y él la condena a muerte a ella
también. Pero ella, inteligente, es salvada por sus hermanos que matan a Barba
Azul. Este cuento se publicó en 1697 y a través de los cuentos se interpreta el
mundo.
Alicia Miyares, Mª Ángeles Baños, Amelia Valcárcel y Sara Mateos |
Alicia Miyares, Mª Ángeles Baños, Amelia Valcárcel y Sara
Mateos hacen una mesa redonda para cerrar este Curso de Verano de la UNED
sobre ‘El feminismo y la ciudadanía’.
Hablan de que de los años 80 a los años 2000 hay debate entre el Feminismo de la igualdad y el
Feminismo de la diferencia, esencialista, el ecofeminismo. Se trata además la
teoría Queer y transgénero, el tema de la prostitución y los vientres de
alquiler.
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