Superando todas las expectativas,
un total de noventa y una personas se han inscrito en el curso de verano sobre
Mindfulness, organizado por el
Departamento de Psicología Básica II de la UNED de Guadalajara.
Desde hace poco tiempo, la
práctica del Mindfulness se ha incorporado a los distintos métodos de
intervención terapéutica enmarcados en las denominadas Terapias de Tercera Generación.
Estudios científicos avalan hoy la práctica del Mindfulness como un método eficaz
para el tratamiento de los trastornos del comportamiento
alimentario, la ansiedad o la depresión, entre otros.
El objetivo del curso Mindfulness y sus aplicaciones prácticas en
la Psicología de la Salud es abordar los beneficios de esta práctica a nivel
terapéutico, así como profundizar en conceptos tales como la
aceptación, la compasión o el crecimiento personal.
Jesús de Andrés Sanz, director del Centro Asociado de la UNED en Guadalajara, inauguraba hoy este curso acompañado de Miguel Ángel Santed, decano de la Facultad de Psicología de la UNED.
En su intervención, Santed señalaba que el Mindfulness es un término que está de moda, pero hace referencia a toda una tradición de sabiduría oriental. Hoy en día, figura en las guías de las Asociaciones más importantes del mundo para el tratamiento de los trastornos de depresión mayor, de la personalidad y la ansiedad.
Aunque, según advertía el decano, “debemos ser precavidos con este tema”, porque en el terreno de la intervención clínica se está vendiendo como una panacea y “no hay que pensar que es una terapia para cualquier tipo de trastorno de los que se atienden en consulta”.
El Mindfulness y el concepto de aceptación
Montserrat Conde, directora del
curso y profesora de la Facultad de Psicología de la UNED, se encargaba de
hacer el primer acercamiento al concepto de Mindfulness, el cual se puede
traducir como “atención plena” o “conciencia plena”.
Se trata de un entrenamiento
mental donde lo importante es centrarse en el momento presente siendo
conscientes de ello, resumía Conde.
Entre los beneficios del Mindfulness,
la profesora destacaba: la reducción del estrés, el fortalecimiento de la
atención, el aumento de la capacidad de concentración, el equilibrio emocional
y el fortalecimiento del sistema inmunológico. “El objetivo es dotarnos de un
método que nos permita gestionar nuestras emociones, reacciones, actitudes,
pensamientos y así poder afrontar adaptativamente todas las situaciones que se
nos presentan en la vida”.
El Mindfulness consiste en la
realización de ejercicios focacionales centrados en la respiración, que permiten
enfocar la atención en el aquí y ahora. Nuestra atención por regla general no
focaliza, según Conde, y esto -a medio y largo plazo- genera un desgaste
general que no es beneficioso para la salud física y mental. Se ha demostrado
científicamente que la práctica de estos ejercicios reduce los niveles de
cortisol y por tanto el estrés. A medida que vamos entrenándonos más, el tiempo
en que tenemos mantenida la atención se va alargando cada vez más.
La segunda de las ponencias de
hoy corría a cargo de Félix Hernández, profesor-tutor de Psicología de la UNED
en Guadalajara, centrándose en el concepto de la aceptación.
Es algo muy asociado a la
práctica del Mindfulness: la aceptación como alternativa a la evitación.
Explicaba Hernández el trastorno de evitación experiencial, consistente en la
necesidad de evitar situaciones que provocan malestar. Según el profesor, las acciones evitativas producen un alivio temporal
pero a la larga son problemáticas.
En estos casos, en consonancia
con el Mindfulness, lo deseable sería conseguir una mayor flexibilidad
cognitiva a través de la aceptación. La aceptación es un proceso complicado,
según Hernández, porque tendemos a equipararlo con la resignación, “pero se
trata de aceptar lo que no puedo cambiar y actuar sobre aquellas cosas que sí
puedo cambiar”. Es un acto voluntario que implica sobre todo “evitar el evitar”
para que esta “evitación” no se convierta en un problema interno.
En su exposición, el profesor ha
expuesto diversas metáforas como la del “hombre del hoyo” o “el invitado
indeseado”, para mostrar que el trabajo de aceptación es un proceso de
aprendizaje –a menudo muy gradual-.
El Mindfulness enseña a dejar de luchar, a abrazar lo que surge, confiando en que tenemos los recursos necesarios para afrontar situaciones indeseadas. Se establece la flexibilidad frente a la rigidez o a la inflexibilidad, las cuales son las reacciones habituales.
Tratamiento de la menopausia y la perienopausia
Juan Francisco Espejo, psicólogo
sanitario en la Red de Salud Andaluza y Doctorando en la Facultad de Psicología
de la UNED, cerraba el turno de ponencias de esta primera jornada del curso de
Mindfulness exponiendo su utilidad en el tratamiento de los trastornos de
ansiedad que se producen en la menopausia y la perimenopausia.
En estas etapas de la vida de la
mujer, explicaba el psicólogo, se producen una serie de cambios físicos y psicológicos
que pueden derivar en trastornos de ansiedad. Con la práctica del Mindfulness,
cuyos antecedentes históricos son el budismo, la meditación zen y las
aportaciones de Kabat-Zinn, se ha demostrado científicamente la disminución de
estos trastornos.
El Mindfulness nos abre la mente,
según Espejo, y es muy importante aplicar esta técnica como un modo de vida. Entre los beneficios del
Mindfulness, avalados por estudios científicos, obtenemos autorregulación
emocional, reducción de estrés, incremento de la calidad de vida en la
menopausia, disminución de los trastornos de ansiedad o la prevención de las
recaídas en la depresión.
El profesor completaba hoy su
ponencia con varios ejercicios prácticos de focalización como el “body scan” que han
sido ejecutados por los alumnos y analizados posteriormente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario