Aplicación en los trastornos del comportamiento alimentario
El Mindfulness se ha incorporado
a la práctica de las terapias psicológicas, demostrando ser una herramienta
útil para determinados tipos de trastornos, como es el caso de los trastornos
del comportamiento alimentario (TCA).
En la tercera y última de las
jornadas celebradas en la UNED de Guadalajara sobre esta temática, la profesora
de Psicología Clínica de la UNED, Marta Isabel Díaz, abordaba la aplicación del
Mindfulness en el tratamiento de los TCA.
Con una exposición rigurosa, la
profesora comenzaba explicando que los trastornos del comportamiento
alimentario –tales como la bulimia o la anorexia nerviosa- están relacionados
con los modelos de belleza actual, en los cuales se impone la delgadez como
ideal a conseguir. Además de la presión social, “para desarrollar un trastorno
de la conducta alimentario hay que ser vulnerable biológicamente y es necesaria
la predisposición psicológica”, añadía Díaz.
Félix Hernández presentando a Marta Isabel Díaz,
antes de comenzar su ponencia.
Actualmente, las
terapias aplicadas al tratamiento de los trastornos alimentarios incluyen la
Terapia Cognitivo Conductual (TCC) y la Terapia Cognitivo Conductual-Mejorada,
la cual se introdujo para tratar los rasgos de perfeccionamiento, intolerancia
al malestar emocional, déficit de autoestima o dificultades interpersonales. Estas
terapias resultan eficaces en un alto porcentaje de casos, llegando al 80% de
eficacia en el caso de la bulimia nerviosa.
La encrucijada se produce,
exponía Díaz, cuando se presentan trastornos comorbidos (con concurrencia de
dos o más trastornos), los cuales son muy habituales entre los TCA. En estos
casos donde la cronicidad es muy frecuente, nos encontramos que los
tratamientos no son suficientemente eficaces y desde la intervención psicológica
se trata de conseguir más. Es aquí donde el Mindfulness se
presenta como una terapia complementaria, dada la necesidad de la
auto-regulación emocional en los TCA.
“Hay que empatizar con las
pacientes”, señalaba la profesora, porque “tratamos con personas que no saben cómo
enfrentar su mundo, se consideran sin recursos para afrontar los problemas de
su vida y ven estas conductas erróneas como una salvación”. “Tenemos que ser conscientes
de que estas jóvenes a las que tratamos no se mueren de hambre sino de un
problema de corazón”, matizaba Díaz.
Marta Isabel Díaz respondiendo a una de las muchas preguntas generadas con su ponencia.
El trabajo a través de
Mindfulness aborda la conexión con uno mismo y la aceptación. Las
intervenciones que se realizan en este sentido son: la terapia
dialéctico-conductual; la terapia de aceptación y compromiso y el entrenamiento
en comer de forma consciente disfrutando con ello (lo que se denominad Mindful
Eating o comer con conciencia plena).
El Mindfulness es fundamental
para contactar con las sensaciones temidas y tomar contacto con aquellos estados
emocionales –que son evitados y enfrentados a través de una ingesta compulsiva
o de la contención de la ingesta-. Se trata de conseguir la aceptación de uno
mismo y la conexión con la valía personal, más allá de lo que tenemos o hacemos,
mejorando el autoconcepto y la autoestima. Y esto, de forma indirecta, puede
permitir la mejora de relaciones sociales.
Pero advertía la profesora Díaz,
que hay que ser prudentes con el Mindfulness. “Hay que preparar el camino. Porque
el conocimiento del mundo interno da miedo a mucha gente. Hay gente que tiene
pánico a la ansiedad, aunque esto sea algo normal en el ser humano”.
Las personas con TCA son muy
vulnerables. “Se trata de trastornos muy graves, que requieren ir con cautela”.
La intervención con Mindfulness hay que combinarla con estrategias de TCC.
Afirmaba Díaz que algunos procedimientos son eficaces pero aún hay que tener
más datos científicos, más investigación. Y es por ello que: “Cuando se integra
dentro de una intervención multicomponente se consiguen mejores resultados”.
Cómo integrar Mindfulness en tu vida diaria
El broche final a un curso que ha
colmado satisfactoriamente las expectativas de los asistentes, lo ponía Juan Diego Estrada,
que es doctor en Psicología por la UNED y Prácticum en Mindfulness-Based Stress
Reduction por la Universidad of Massachussets.
Juan Diego Estrada ya estuvo en
el mes de noviembre de 2015 en un curso sobre Mindfulness organizado por la UNED de Guadalajara. Dado
el éxito de aquella convocatoria, el Centro Asociado decidió planificar este
nuevo curso que el propio Estrada se encargaba hoy de cerrar con una ponencia
sobre Cómo integrar Mindfulness en tu
vida diaria y vivir de manera consciente.
Durante su intervención, se han sucedido
los momentos de práctica y de interacción entre los asistentes al curso.
Juan Diego Estrada ponía el broche final al curso.
Afirmaba Estrada que “la
promoción del Mindfulness va a contribuir a que tengamos una sociedad mejor en
la medida que podamos introducir esta práctica”. Al igual que otros ponentes,
señalaba que “hay que entender el Mindfulness como una forma de ser”.
El Mindfulness es “prestar
atención sin juzgar”. Supone una apertura a la experiencia, la cual no es
siempre positiva, con una actitud de aceptación. “Es una historia de amor con el momento
presente. Nos hace vivir la realidad diaria de forma diferente, desconectando
los pensamientos automáticos”.
Estrada hacía referencia a
distintos momentos del día, donde nuestro pensamiento automático invade nuestra
mente, apartándonos de la vivencia del presente. Esto es algo natural en el ser
humano porque “no hemos sido entrenados para vivir el presente, sino que nos educaron para pensar, reflexionar”. Con
la práctica del Mindfulness la idea es que seamos conscientes de esos pensamientos automáticos que nos abordan y dejarlos pasar. Una práctica
eficaz para conseguirlo es “hacer cinco respiraciones
conscientes y volver al momento presente”.
Podemos tomar conciencia del modo
en que salimos del funcionamiento normal de nuestra mente, de lo que sucede en
cada momento de la vida, de cómo respondemos a ello y de cómo nos relacionamos
con las cosas que suceden cada día.
El doctor en Psicología, Juan Diego Estrada, en una explicación práctica.
El doctor en Psicología aludía a
la metáfora del río para explicar la aplicación de Mindfulness: “Podemos
imaginar un río lleno de emociones que nos arrastran y con Mindfulness somos
capaces de sentarnos en la orilla, observar y manejar las situaciones de una
forma más selectiva”.
A continuación, exponía que hay
diversas maneras con las que podemos aplicar el Mindfulness al día a día con el
objeto de vivir el presente con conciencia plena. Podemos practicar poner la
atención en alguna parte de nuestro cuerpo (como una mano) o en un objeto
externo y analizarlo detenidamente observando sus rasgos. También podemos
cambiar nuestros hábitos, por ejemplo, en el camino al trabajo, en lugar de
hacer el camino de siempre –con el piloto automático- podemos variar la ruta,
para entrar más en contacto con la experiencia. Podemos intentar vivir un día
sin móvil, cambiar el reloj de mano durante un día, realizar cualquier
actividad cotidiana “a cámara lenta” observando las sensaciones que nos produce
o poner la atención en nuestra postura corporal y en lo que sentimos.
“Cuando traemos este tipo de atención
a nuestra experiencia, ésta cambia por sí sola”, afirmaba Estrada.
En su intervención, finalizaba
haciendo referencia a las relaciones interpersonales donde la práctica del
Mindfulness nos puede ayudar a mejorar aspectos como la escucha activa, la
empatía, a no juzgar y, en definitiva, a relacionarnos mejor. “Las situaciones que más estrés nos producen en la
vida es con las personas que más queremos”, concluía.
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