El curso “Las virreinas en la monarquía de los Austrias. Un poder femenino dentro de las estructuras político-culturales de un imperio” llegaba hoy, viernes 7 de julio, a su fin. Paula Revenga Domínguez (profesora de Historia del Arte de la Universidad de Córdoba) y Luis Arciniega García (catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Valencia) protagonizaron las dos últimas ponencias.
Las virreinas neogranadinas: presencias femeninas, entre lo público y lo privado:
El virreinato de Nueva Granada se constituyó en 1717 por el rey Felipe V, abarcó los territorios de Ecuador, Colombia, Panamá y Venezuela. 14 virreyes pasaron por su mando durante sus 93 años de existencia y sólo seis virreinas (dos de ellas procedían de la Península Ibérica). Perduró hasta la independencia de estos territorios pero fue restaurado en 1739 después de unos años que transcurrieron con dificultad.
“Sin virreina no hay corte”, comenzó indicando Domínguez. Además, mencionó a Antonio Amar y Borbón y a su esposa, la virreina María Francisca de Villanova, apodada como la “nueva María Antonieta”. Aunque lograrían abandonar el virreinato con vida llegaron a estar encarcelados tras las revueltas, organizadas, en parte, por el gran derroche de los virreyes.
“No llegaron a tener un palacio virreinal en condiciones. Tuvieron muchos problemas desde el principio porque comprendía un amplio territorio. Las élites locales habían adquirido mucha fuerza y mucho poder. Los miembros del cabildo protestaron en numerosas ocasiones”, continuó explicando la docente.
“María Francisca de Villanova era muy caprichosa, ella aprobaba los gastos que tenían que ver con lo doméstico. Ejerció un papel de intermediaria entre el rey y las oligarquías neogranadinas. Todas las virreinas contaban un título nobiliario, por lo que las dotes van a estar muy vinculadas con estas redes de parentesco a las que pertenecen por los títulos familiares. Otro de los papeles de la virreina es organizar el séquito, uno de los elementos fundamentales, una manera de presentación, de autoridad”, afirmó Domínguez.
Asimismo, la virreina debía cumplir una función social en la corte. Esta vida social, de hecho, la va a organizar ella y esas relaciones establecidas se reflejaron en numerosos documentos.
Las rutas desde España a América comenzaban en Cartagena y finalizaban en Santa Fe y variaban en función de la estación del año en la que se realizaba el viaje. Varios de los virreyes, de hecho, se quejaron del calor y de los mosquitos, portadores de enfermedades en muchas ocasiones. Y, para transportar mercancías y personas a través del Río Magdalena (Colombia), se empleaba el champán, que tuvo origen en China y Japón, compuesto por más de seis cajones grandes y unidos entre sí. Además, eran enviados por las élites locales.
El paisaje cultural representado en el virreinato del duque de Calabria, la reina Germana y la marquesa del Cenete:
El curso llegaba a su fin y Luis Arciniega García era el encargado de colocar el punto y final con una ponencia que comenzó a las 11:30.
Germana de Foix, segunda esposa de Fernando el Católico, arribó a Valencia después de las Germanías en sustitución del conde de Mélito. “Se trata de un periodo de expectativa porque existía la posibilidad de que hubiera revueltas”, mencionó García al comienzo.
A partir de aquí aparecen en escena el duque de Calabria, que quería construir un panteón real en Valencia. Carlos V entrega el que posteriormente se denominaría, en 1546, Monasterio San Miguel de los Reyes a Mencía de Mendoza, marquesa del Cenete, nacida en Jadraque y esposa de conde de Nassau, Enrique III (señor de Breda y conde de Vianden, mano derecha de Carlos V). Germana de Foix, a su vez, deja expresado en su testamento su deseo de ser enterrada en un Monasterio Jerónimo. Este Monasterio de San Miguel terminó siendo un panteón real.
“En Granada se produce la luna de miel entre Carlos I e Isabel de Portugal, que se casaron en Sevilla. La marquesa de Cenete y la duquesa de Medina de Sidonia acompañan a Isabel en el Alcázar de Sevilla”, afirmó García que, posteriormente, analizaría una obra de arte vinculada al ámbito valenciano denominada “Alegoría”.
“Ha sido calificada como rarísima. Posee una temática sorprendente. Según Post, en la obra hay una distinción de género: a la izquierda los deseos incontrolados y, a la derecha, los valores sabios. Isabel Mateo la califica como ‘humanismo cristiano de carácter didáctico, que alerta sobre los peligros de los apetitos carnales’. En este cuadro se habla de ellos y ellas. Hay comportamientos diferentes según los vientos de la razón, que empujan a los personajes hacia el exterior”, sentenció el profesor.
En él se muestra, además, a través de los personajes, el oro, el amor o la prudencia, grandeza, engaño, apetito o el descuido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario