Ayer, miércoles 5 de julio de 2023, dio comienzo el curso “Las virreinas en la monarquía de los Austrias. Un poder femenino dentro de las estructuras político – culturales de un imperio”, dirigido por Esther Alegre Carvajal y coordinado por Alejandra Betilde Osorio. Ambas, junto con Manuel Rivero Rodríguez, fueron los ponentes de esta primera sesión donde el protagonismo se centró en las virreinas. ¿Fueron un poder informal y auxiliar? La historia dice lo contrario y las coloca como agentes de transformación cultural y política.
Esther Alegre presentó el curso a los más de los 12 asistentes en el aula y otros 12 oyentes que lo presenciaron de forma ‘online'. “Siempre es un reto preparar un curso nuevo de verano pero me produce una grandísima satisfacción hacerlos”, indicó la directora en unos 30 minutos de introducción en los que también participó Osorio.
El poder de las virreinas y el problema histórico y teórico del poder femenino:
“El género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basada en las diferencias percibidas. Es la forma principal de significar las relaciones de poder”, comenzó señalando Alejandra B. Osorio en pronunciación de una larga cita que sirvió como precedente a lo que vendría después.
Mencionó a los Mendoza (que ordenaron la construcción de varios palacios y templos por toda la ciudad de Guadalajara) y recordó el apoyo de la familia a Enrique II en la primera Guerra Civil castellana del siglo XIV. A partir de ahí se establecieron como una de las familias más poderosas y, además, su fortuna no cesaba de aumentar por la unión de matrimonios “estratégicos”, según expresó Osorio.
“El virrey era el álter ego del monarca español. La virreina llenaba importantes vacíos en la política virreinal. Las virreinas carecían de un reglamento jurídico propio y la transmisión de la cultura era un trabajo eminentemente femenino. Las mujeres de la nobleza, en la Corte de Madrid, jugaron un papel relevante en la transmisión de noticias y no era extraño que se les consultara en materia de política. La virreina era considerada una interlocutora privilegiada. Las virreinas, en el Imperio Español, llegaron a gobernar y legislar en casos urgentes cuando su marido se ausentaba. Cuando el Conde de Lemos se ausentó de Lima, la Condesa de Lemos quedó a mando del virreinato. El virrey nombró a su esposa Gobernadora. Gobernó en Lima cinco meses. Aunque sus poderes no fueron absolutos, Ana Francisca emitió una serie de bandos de diversa índole y el rey Carlos II llegó a felicitarle”, continuó expresando la la profesora de Historia en la Universidad de Wellesley.
“A las mujeres nobles se les consideró como actores políticos. La casa de la virreina ejercía un poder económico y cultural dentro del virreinato, por lo que fueron motores económicos y culturales de la ciudad. Incluso en moda ya que mostraban las más lujosas ropas. Los regalos a las virreinas suponían un reconocimiento del poder que las mujeres ejercían. También influyeron en hábitos culinarios, es decir, en recetas altamente sofisticada de ingredientes y técnicas que fueron exportadas a otros puntos del Imperio”, fue lo último que pronunció Osorio antes de dar paso al turno de preguntas.
La corte de la virreina Germana de Foix: mediación y negociación en el Reino de Valencia (1523-1537):
Tras la exposición de Laejandra B. Osorio, Manuel Rivero Rodríguez, catedrático de Historia Moderna en la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en virreinatos, comenzó su ponencia con una sabia reflexión sobre los juegos y la sociedad.
A partir de esta introducción entró en escena Germana de Foix, la segunda esposa de Fernando el Católico tras el fallecimiento de Isabel I. “El juego de las damas surgió de la ajedrez y se basa en el movimiento de la dama. Tiene que ver con el comportamiento cortesano de Germana de Foix. Las mujeres pueden moverse libremente fuera de la imagen pública. Tienen un espacio de circulación rápido, ágil, eficaz. El juego de las damas, como metáfora del funcionamiento de la sociedad, también permite esto. En el juego se aprenden modales, jerarquía y comportamiento”, añadió Rodríguez.
“Ha sido minusvalorada por la historia, el mecenazgo que ejerció fue brutal, al igual que su visión diferente sobre el poder político y los órdenes jurídicos”, afirmó el profesor con respecto a la sobrina del rey Luis XII de Francia. “Es mucho más que una reina consorte dedicada a procrear. Es la responsable de que el proyecto político de Fernando el Católico se desarrollara. Sí tiene ideas propias. Fue nombrada lugarteniente de la Corona de Aragón. Es interesante ver cómo Carlos V se deshace de ella pero, después, la nombra virreina de Valencia, en marzo de 1523. Ella toma decisiones en algunas revueltas de moriscos en Valencia”, sentenció el catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid.
Las manillas del reloj corrían rápido y, poco a poco, con Germana de Foix, su historia y la relevancia de las virreinas, olvidadas e infravaloradas, la primera sesión de este curso fue llegando a su fin.
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