EL DESAFÍO DE LAS 'FAKE NEWS' EN UN MUNDO GLOBAL
Empar Vengut, licenciada en Farmacia y doctora en Química es investigadora de la Universitat de València y habló sobre la ‘Desinformación en salud y cómo combatirla’. Invitó a realizar una reflexión sobre qué es la salud, que según la OMS es un estado de completo bienestar físico, emocional y social. “Esta definición es muy discutida porque depende de muchos factores desde los individuales hasta los sociales”. Mostró un estudio que muestra que la salud depende incluso del lugar en el que se viva.
Tras esta introducción sobre lo
que se entiende por salud, comenzó a hablar de la desinformación sobre la salud.
No toda la investigación científica es igual, dijo. En la investigación médica,
se aplican metodologías diferentes que llegan a evidencias también distintas.
Estas diferencias pueden derivar en desinformación.
El periodismo biomédico se ha
dividido entre las publicaciones rigurosas y la pura y simple comunicación, que
presenta un estudio u otro sin investigar ni filtrar la información. También es
importante discernir en qué tipo de medio aparecen las noticias sobre salud -revistas
médicas o reportajes en secciones de salud de medios generalistas-. El traslado
de notas de prensa sin filtros provoca una tergiversación de la información, que
va degenerando desde el estudio hasta lo que lee el lector.
Durante la pandemia, se han publicado investigaciones que “ni siquiera han sido evaluadas”. Puso como ejemplo las noticias publicadas sobre el hallazgo de covid en las aguas residuales de Barcelona en marzo de 2020. El problema es que la investigación no había finalizado. “Hay que desconfiar de las noticias que se basan en un estudio, porque este debe tener numerosas revisiones hasta que se convierta en una evidencia”.
En general, “las noticias que generan inquietud o enfado deberían tomarse con mucha preocupación”, explicó. “La desinformación durante la pandemia ha sido tan grande que aún no ha sido estudiada”.
La investigadora explicó que “no es un problema exclusivo de los medios de comunicación”. Intervienen otros actores como las personas que se dedican a la ciencia o la medicina que por afán de protagonismo o por publicar que promocionan la desinformación. Este fenómeno se produce también por intereses económicos, con productos que hacen promesas de dudosa credibilidad.
La quimiofobia es también resultado
de la desinformación. “No todo lo químico es malo ni todo lo natural, bueno”.
La nutrición es la estrella de la
desinformación -tomar o no tomar ciertos alimentos es bueno o malo-. Aunque
este último año, el coronavirus ha acaparado la mayor parte de la desinformación.
Una novedad que ha traído la covid es la desinformación globalizada, “los bulos
han ido saltando de país en país a través de distintos medios”. Además, han pasado
de los cuidados y la prevención, a las vacunas.
Al igual que otros ponentes, recomendó una cultura científica básica y contrastar la información. Recordó que la desinformación no es nueva “se ha producido en numerosas enfermedades infecciosas de los últimos años”.
“La comunicación durante la
pandemia ha sido deficiente y poco precisa”, concluyó para añadir que “algunas
personas se han aprovechado de las circunstancias”, en relación con las teorías
conspirativas.
Es difícil saber cómo se combate
la desinformación. La UNESCO propuso hacerlo desde una perspectiva holística
(desde diferentes frentes).
‘Manipulación lingüística,
informativa y emocional en las fake news’
Laura Alba Juez, catedrática de Lingüística Inglesa de la UNED y directora del curso, intervino en segundo lugar para comentar la manipulación lingüística, informativa y emocional en las fake news. Comenzó con algunas reflexiones sobre el concepto de verdad, para afirmar que “la emoción está presente en todos los discursos, incluso en el científico”.
La función emotiva del lenguaje
está ligada a la evaluativa. En el discurso periodístico, la persuasión, la
emoción y la razón es indisoluble. En el caso de las fake news, existe un
discurso propio: el conocimiento compartido y las implicaturas emocionales,
apelando a los sentimientos bajos del ser humano. Esta clase de persuasión
negativa de las fake news está relacionada tanto con los engaños más o menos
bienintencionados como con la posverdad. Ambos producen un discurso engañoso.
El compromiso es un concepto “con el que juegan los periodistas”. Emiten un juicio mientras explican que lo ha realizado otra persona.
La expresión emocional también
cambia dependiendo de cada cultura y “esto es importante al analizar un texto”.
Después de realizar un exhaustivo análisis tanto de las emociones como de las diferencias lingüísticas entre diferentes países para expresarlas, abordó cómo influyen las emociones en la expansión de las fake news y que herramientas utilizan para ello.
La narración sin emoción no funciona
y las noticias son una forma de narración.
La prensa tiene un poder grande
para influir en las creencias. Las fake news no son simplemente noticias falsas.
En general son medias verdades que imitan el contenido de las noticias en su
forma, pero con la intención de engañar. Existen diferentes tipos de
desinformación, las mercenarias (monetarias), las políticas y las satíricas.
Su éxito depende de cómo sepan
apelar a las emociones humanas. En España, una buena fuente es la denominada ‘prensa
rosa’, pero existen otras muchas más. Una noticia falsa tiene un 70% más de
posibilidades de ser retuiteada que una verdadera, dijo. Los creadores de fake
news engañan sobre los cometidos y eluden la disciplina y el rigor.
El concepto de posverdad alude al
intento de manipular la verdad con alguna intención. Por otro lado, la
persuasión es un arma de doble filo, que se puede usar para manipular. En la
desinformación se juega siempre con la falacia.
Es muy difícil encontrar noticias falsas para analizar, “porque salen rápidamente del medio en cuanto se detecta”. Sin embargo, siempre hay una media verdad en ellas, también tienen un lenguaje extraño y una mala ortografía, uso de mayúsculas para apelar a las emociones a través, por ejemplo, de la religión.
Al analizar el contenido, se
detectan falsos doctores o universidades que son imposibles de encontrar y
falta de fundamentos científicos en sus afirmaciones. En el caso de las que desinformaciones
con contenido político, se utilizan estrategias como mencionar a personas con
cargos que no existen, nombres de localidades similares o insinuaciones
negativas e incluso titulares secundarios en medio del texto con exageraciones
y mayúsculas. En general, son juicios velados sin acusar directamente.
‘El ejército oscuro, “White Rose” y la lucha por la hegemonía global’
Gustavo Palomares, decano
de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED, abordó la
desinformación desde el punto de vista político. Su conferencia denominada ‘El
ejército oscuro, “White Rose” y la lucha por la hegemonía global’, abordó el aspecto político de esta desinformación.
Las fake news ocupan un lugar
destacado en el mundo globalizado. El uso de estas noticias falsas en manos de ejércitos
puede cambiar la hegemonía del mundo actual desde el punto de vista político,
indicó el decano. La manipulación de la ciudadanía puede afectar a resultados
electorales, estado de la pandemia, etc.
La llegada de Joe Biden a la Casa
Blanca se vio afectada por una declaración de este en la que afirmó que Putin
es un asesino, recordó el experto en Ciencias Políticas. Este ejército oscuro
tiene ahora el poder de cambiar el curso de procesos tan importantes como las
elecciones estadounidenses, autonómicas o el Brexit.
En los últimos meses, se percibe en
EE UU una tendencia al desorden social y el caos causado por la pandemia. De
hecho, hay quien se plantea si es el fin de la era neoliberal y el inicio de
otra en la que China y otras potencias emergentes sean las protagonistas.
“Estamos en un tránsito en el que
el liderazgo americano se tambalea”, explicó, para añadir que durante cuatro
años hemos vivido un declive de las relaciones entre EE UU y la UE, con
numerosos conflictos como el afgano. Podemos estar viviendo un tránsito de
liderazgo mundial, que “tiene que ver con los indicadores económicos y
financieros mundiales”.
Según el FMI, la previsión de
crecimiento económico de China es mayor que el de EE UU o el de la zona euro o
Japón.
“La situación geopolítica se asemeja a las situaciones que describen las conocidas series Juego de Tronos o Mr. Robot”, indicó. El cambio de equilibrio global, utilizando los ejércitos oscuros de hackers, parece inminente. “Se trata de manipular procesos y dinámicas globales”, afirmó.
Diferentes investigaciones de servicios
de inteligencia afirman que los hackers tendrán dos perfiles, uno de origen
chino o ruso y otro de hackers anónimos, que también han contribuido a la manipulación
económica y especulativa que hemos vivido. Estos últimos están en manos de
todas las potencias económicas. Las campañas de desinformación en manos de
estos ejércitos son fundamentales para determinar quién tiene el poder.
Habló también de cómo se manipularon
las elecciones de 2016 de EE UU para favorecer el triunfo de Donald Trump. En
las de 2020, también existió una intervención directa de los servicios de inteligencia
ruso y chino para decantar informaciones falsas sobre Joe Biden referidas a su
familia y su estado de salud.
Otro ejemplo fue el Brexit, donde Cambridge Analitics, a través de gusanos de información, fueron capaces de decantar la campaña a favor de la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Enumeró las cinco mentiras que determinaron esa votación: prohibición de vender bananas curvadas, prohibición del tamaño de los ataúdes británicos, que el Reino Unido aportaba 140 millones de euros semanales a la UE, prohibición de vender quesos británicos y que las gaitas escocesas de silenciarían por causa de una nueva legislación sobre el ruido. Estas mentiras quizá no influyeron en las grandes ciudades, explicó, pero sí afecto a los ciudadanos del medio rural.
Las fake news también han afectado
al pensamiento populista nacionalista de EE UU cuando Trump perdió las
elecciones contra Biden y se produjo el intento de toma del Capitolio.
En el momento actual, las fake news “pueden ser fundamentales en un momento sensible” y, por ello, “es necesario establecer políticas de contención a través de políticas de seguridad nacional”. “Lo importante hay que ofrecer políticas globales ante la indefensión de gobiernos y ciudadanía y crear mecanismos colectivos de defensa”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario