EL DESAFÍO DE LAS ‘FAKE NEWS’ EN UN MUNDO GLOBAL
Marc Amorós, profesor universitario y escritor de los libros
“Fake News, la verdad de las noticias falsas” y “¿Por qué las Fake News nos
joden la vida?”, inició este nuevo curso de verano del Centro Asociado de la UNED
en Guadalajara con una conferencia sobre ‘Las fake news: quién las crea, para
qué y cómo se propagan’. Bajo el título ‘El desafío de las fake news en un
mundo global’, este curso estudia la problemática y ofrece maneras de combatir
este tipo de desinformación.
Las fake news no son nuevas, pero la falta de filtro que existe
ahora ha conseguido que se expandan. “En estos momentos, falta ética y educación
en valores, algo que nos perjudica a todos”.
Puso como ejemplo, numerosas noticias relacionadas con la
actualidad: la covid-19, el colectivo LGTBI, el feminista, las vacunas. “Existen
muchas fake news que atacan a diferentes intereses”. Preguntó cuántas personas
han recibido o compartido una noticia falsa e invitó a no compartirlas “porque
todos somos más vulnerables de lo que pensamos”.
España es el país más expuesto al Whatsapp, aún cuando solo
el 34% de los usuarios se fía de las noticias que le llegan por ese medio. “Somos
los primeros en creer en noticias falsas”. Puso como ejemplo un autobús que
circuló por el Reino Unido informando sobre el dinero que costaba al país
mantenerse en la Unión Europea o el cartel de Vox hablando de cuánto cuesta un
denominado MENA frente al dinero que recibe un jubilado en España.
En principio, estas fake news nos “pueden parecer inofensivas o que no nos afectan”, pero depende que quién lo diga se pueden crear debates y consecuencias reales”. La campaña de Trump es un ejemplo.
Esta era de la comunicación fake nos invade poco a poco y
todos somos vulnerables. “La familiaridad nos confunde, aunque 6 de cada 10 personas
dicen ser capaces de detectar una noticia falsa”. “Las fake news se utilizan
para librar una guerra, que decidirá cómo será el periodismo en el futuro”,
afirmó, para continuar afirmando que estas noticias falsas se usan para librar
una guerra de ideologías políticas, si la democracia es el mejor sistema, una
guerra de sexos o de orientación sexual, de creencias religiosas -cristianismo o islamismo-, de creencias en
torno al cambio climático, de razas o de origen.
El objetivo de estas noticias falsas es crear desconfianza
social en torno a la información, confrontar a la sociedad, contaminar el sistema
informativo y poner en duda el sistema de valores. Las fake news son relatos “que
son capaces de unir a mucha gente”, explicó. Este relato intenta decirnos que “las
personas que son distintas a nosotros son peligrosas o que las evidencias científicas
son falsas”. “Son el pegamento social para unir a personas con una idea que es
falsa”. El 10% de los americanos ha compartido noticias que sabe que son falsas,
de la misma forma que un predicador.
“Creer en noticias falsas en grupo disuelve nuestra culpa”,
explicó. Crear una burbuja de opinión, “nos radicaliza, porque solo se comparte
esa opinión y nos obliga a defender esa idea”.
Otra característica de las fake news es que “ellas nos buscan,
no tenemos que ir a por ellas”. El impacto de las noticias falsas es muy alto, “de
hecho una noticia falsa tiene un 70% más de posibilidades de ser compartida que
una real”. “Tendemos a creer más en las noticias que nos dan la razón”, sentenció,
“el 70% de los usuarios de Facebook no sabe distinguir entre noticias falsas y
reales”. Otra característica a destacar es que “cada uno lee las noticias que
le interesan y generalmente buscamos las que confirman su opinión y les son
afines”.
Pero, ¿qué es una noticia falsa?
Una noticia falsa es decir “algo que no hemos visto”. Para
los españoles, una fake news es una noticia promovida por los medios o los
políticos para hacer creer lo que quieren. No es cierto, dijo, existen muchos
más actores, existe una industria que genera perfiles falsos para difundir
estas noticias. “Una noticia falsa no es una información que no nos conviene
políticamente, es algo que es un hecho falso, un relato interesado y creado
deliberadamente para engañar y siempre tiene un interés”. El coronavirus es un
buen ejemplo de ello.
“Hay que tener siempre en cuenta que las noticias son falsas, pero sus consecuencias son reales”, dijo en relación con las consecuencias que tuvieron las palabras del expresidente de EE UU sobre el consumo de ciertas sustancias contra el coronavirus. “Ahora mismo, las personas y la sociedad tienen que tomar decisiones sobre noticias que no son reales”. La comunicación fake nos ofrece “felicidad”.
Las fake news son fáciles de leer y recordar, ofrecen explicación a lo inexplicable, actúan sobre las emociones y se presentan como novedosas o grandes revelaciones. Se comparten para sentirnos parte de un grupo, para mejorar la vida de los demás, para reducir la culpabilidad en caso de que sea falsa, concluyó el periodista y escritor, para incidir en que en 2022 puede que la mitad de las noticias serán falsas.
La importancia de la verificación de datos
La periodista habló sobre algunos hechos que fomentan esa
desinformación, como apelar a los sentimientos, la novedad de la historia, la
repetición y las creencias previas de cada persona. Su especialización en la
verificación de los hechos, le permitió explicar la importancia de contrastar
la información, tanto de las fuentes más tradicionales -ruedas de prensa-, como
de las nuevas plataformas -redes sociales-.
En la rueda del fact checking, no solo se encuentran los
políticos, sino cualquier otro personaje público que tenga relevancia para la
ciudadanía. “La verificación tiene la función de que los debates se desarrollen
en torno a una información veraz”, dijo, y a continuación explicó que hay que verificar
el discurso público y las bases de datos y argumentos relacionados con la
noticia. “La verificación requiere una profundidad que, a veces, no es posible por
el ritmo de la actualidad”.
Este trabajo requiere de un equipo que verifique la realidad de cada discurso público. “Las mentiras no son nuevas, pero han cambiado los altavoces”, porque la tribuna desde las que se dicen va a ser decisiva a la hora de tomar decisiones. “No es lo mismo decir una mentira a los amigos que en el congreso”, explicó. “Las mentiras no tienen país ni partidos políticos”.
La verificación tiene un procedimiento que no hay que saltarse.
A los verificadores les verifica la propia metodología. La transparencia y la
didáctica son fundamentales, así como los datos públicos oficiales, “esto permite
a la ciudadanía comprobar los datos que se están transmitiendo.
La rectificación es otro instrumento para la verificación. “Hay
que rectificar tanto ante el equipo de trabajo como ante la ciudadanía”,
afirmó. La verificación tiene sentido “por la cantidad de mentiras que se
difunden a diario entre todos los partidos”. No es lo mismo equivocarse en un
dato, dijo, que hacerlo de forma intencionada para conseguir un beneficio
político. “Cada vez que hay un foco de actualidad, las mentiras se incrementan”.
Puso como ejemplo algunas falsedades sobre la pandemia -las mascarillas causan hipoxia,
la covid se puede detectar dejando de respiran durante unos segundos…-. Dijo
también que el mayor foco de mentiras se detectó cuando no existía información
sobre la pandemia y habló sobre los remedios falsos. En España, la
desinformación se vio favorecida por la crispación política.
¿Qué intereses hay detrás de las mentiras’
En ocasiones, el interés es manejar el debate -que se hable
de lo que quieren y no de otros temas-. Esto sucede sobre todo en el periodo
electoral para conseguir un beneficio en las urnas. También tienen como
objetivo estigmatizar a ciertos colectivos -los inmigrantes, la violencia de
género, la infancia…, alcanzar intereses económicos y generar estrés en la
ciudadanía.
Respecto a su trabajo, la periodista indicó que verifican a todas las personas que tengan interés para la ciudadanía, pero no se verifica todo, solo se puede hacer con cifras, datos, estadísticas o estudios, algo de lo que quedan excluidas las promesas electorales. En este último caso, se pueden hacer comparativas.
Explicó el proceso de verificación que llevan a cabo en Newtral,
desde el momento en que se conoce la agenda de los políticos hasta que hablan y
se comprueba que los datos que han ofrecido son veraces. Recalcó que siempre se
pregunta al gabinete político para comprobar si existe alguna información
desconocida. Los expertos son otra fuente para aclarar o ampliar un dato o un
hecho importante.
Repasó las herramientas que están en mano de todos para no difundir información falsa, como no compartir aquello que es desconocido; o acudir a fuentes oficiales para contrastar los datos. Cuantas más fuentes se consulten, “mejor, pero siempre sabiendo que son serias”. Como ejemplos puso las votaciones de los políticos sobre diferentes temas, el paro, las restricciones por la covid o la violencia de género.
El problema, en muchas ocasiones, es que los políticos
utilizan datos reales disfrazados con discursos engañosos o dar un dato y
ocultar otro que hace cambiar el sentido global. La última parte del proceso es
comunicar a la ciudadanía. Los desmentidos deben realizarse en todas las plataformas
posibles, incluidas las redes sociales, que suelen ser una fuente de mentiras.
Concluyó diciendo que la desinformación “preocupa” por las
repercusiones que tiene en el día a día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario