La guinda al
curso de verano organizado por la UNED a través de su Centro Asociado de
Guadalajara bajo el título ‘Caminos de ida y vuelta. El arte y los viajes’ la
puso, como no podía ser de otro modo, un excepcional e inédito viaje para visitar
la iglesia de San Antonio de los Alemanes y la Hermandad del Refugio para
conocer de primera mano todo su patrimonio artístico y litúrgico.
El Hermano Mayor,
Luis Catalán de Ocón y Navarrete, XXVIII Barón de Sangarrén cuyos territorios
fueron los primeros de la Casa Mendoza en Aragón, por compra de Íñigo López de
Mendoza, conde de Tendilla en 1457, actuó de anfitrión para acompañar al grupo
durante toda la visita, que tuvo como punto de partida el templo construido
entre 1624 y 1633 con un diseño del jesuita Pedro Sánchez. En su interior, los
alumnos tuvieron la oportunidad de disfrutar de la decoración de sus paredes,
su cúpula y sus adornos atendiendo a las explicaciones ofrecidas por el propio
barón complementadas por la profesora Macarena Moralejo con la colaboración de
otros ponentes del curso como Paula Revenga, Javier González y David García,
que no quisieron perderse la visita y sumaron sus conocimientos en lo que pudo
considerarse una magistral clase en un entorno único. De este modo, sobre el
terreno analizaron las pinturas existentes en la iglesia y los artistas que
trabajaron en ellas ofreciendo algunas particularidades difíciles de encontrar
en los libros de texto. Acto seguido, el grupo pasó a la capilla en la que
pudieron ver la reliquia, generalmente oculta a los ojos de los turistas.
La segunda parte
de la expedición se realizó en las instalaciones de la Hermandad del Refugio
fundada en 1615. Durante el recorrido, los presentes tuvieron la oportunidad de
acceder al archivo que, tras cuatro siglos, permanece íntegro e intacto y en
proceso de digitalización con financiación de la Comunidad de Madrid. La
riqueza documental de este espacio es incalculable puesto que no sólo contiene
estudios detallados sobre la pobreza en Madrid durante distintas épocas, sino
que entre sus legajos se pueden encontrar valiosas partituras musicales, libros
de contabilidad y un sinfín de registros de gran importancia para los
investigadores. Y por supuesto, también concentra numerosa información
documental sobre la construcción de la iglesia, de las ampliaciones del
hospital, de la propia hermandad y de las obras de arte que contiene y contuvo.
A continuación, el
grupo realizó un apacible recorrido por las estancias del edificio a lo largo
del cual pudieron ver curiosidades como una de las cunas de madera donde eran
depositados los niños que se dejaban en abandono, las ambulancias con la
representación de la Inmaculada Concepción como símbolo identificativo en el
frontal de la caja o las urnas donde eran depositadas las limosnas y ayudas,
entre otros. Todos ellos elementos utilizados para llevar a cabo la inconmensurable
labor caritativa que se extendía a toda la ciudad.
La visita culminó
en la sala de juntas, la más importante de esta hospedería - hoy día convertida
en centro educativo concertado – en cuyo atrio se encuentran los cuadros de sus
fundadores, el reverendo Padre Bernardino de Antequera, acompañado de Pedro
Lasso de la Vega y Juan Jerónimo Serra. Fue en este espacio donde la profesora
Macarena Moralejo dio a conocer a los presentes algunos detalles y curiosidades
acerca de su trabajo para la canonización del fundador de la Hermandad y que
sirvió como colofón a un curso extraordinario.
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