Los homenajes a
Camilo José Cela no paran de sucederse. La tarde de hoy brindó nuevos momentos
para ser guardados en la memoria, esta vez de la mano del Centro Asociado de la
UNED de Guadalajara, que arrancaba una nueva edición de sus Cursos de Verano
con un monográfico dedicado al Nobel, del que se cumplen en este 2016 100 años
de su nacimiento.
La institución educativa aportaba
así su granito de arena a una conmemoración que contaría en su jornada
inaugural y de apertura del curso con dos hombres que conocieron muy bien al
escritor: su hijo, Camilo Cela Conde, y su hermano, Jorge Cela Trulock. Dos personas
que, sin lugar a dudas, aportaron la dimensión más desconocida y cercana del
escritor. Arropándoles en la mesa y en sus intervenciones estarían el director del
Centro Asociado de la UNED, Jesús de Andrés; el delegado de turismo de la Diputación provincial de
Guadalajara, Jesús Parra; y el co-director del curso, Pedro Aguilar.
El director de la UNED fue el encargado de inaugurar el Curso de Verano dedicado a Cela. Foto: Raquel Triguero |
Tras las intervenciones institucionales, sería el hijo de nombre homónimo
el que iniciaría la sesión pese a sus reservas de no saber cómo hablar de Cela precisamente como vástago. Lo haría, sin embargo, sorprendiendo gratamente a los asistentes
realizando una íntima, emocionante y palpitante recreación del proceso
evolutivo de Camilo José Cela como persona y como escritor a través de
distintos estadios: la mirada del lobo, la metamorfosis, los viajes, la salida,
el extravío y la locura. Capítulos hilados en un sutil relato apoyado en una sencilla proyección que vino a ensalzarse,
tal y como calificaría su propio tío tras su conclusión, en un auténtico ensayo
literario sobre Camilo José Cela, sobre su escribir, su decir, salpicado con
decenas de íntimas anécdotas impregnadas de una gran carga poética.
Cela Conde mostró algunas imágenes desconocidas de su padre. Foto: Raquel Triguero |
El gusto por los coches
deslumbrantes y su particular forma de entender las normas de seguridad del
tráfico, su sorprendente alistamiento en el bando nacional meses antes del
inicio de la Guerra Civil o el día en que fue investido académico de Número en
la Real Academia con la letra Q mayúscula, fueron algunas de las vicisitudes recordadas por quien bien le conoció.
No faltaría en este particular
homenaje del hijo al padre un recuerdo al libro que unió al Nobel a la historia
de Guadalajara, Viaje a la Alcarria, quizá uno de los mejores documentos
antropológicos de una España ya desaparecida, aunque añorada por Cela Conde en
tanto fue recorrida por el Cela vagabundo, aquel con bastón, boina y barba,
como así más le gusta recordarlo.
El hijo del Nobel recordó con esta imagen a su padre 'vagabundo'. Foto: Raquel Triguero |
Las novelas olvidadas
Por su parte, el hermano de Camilo José Cela optaría por
centrar su intervención en analizar Ms Caldwell habla con su hijo, una de las
novelas “injustamente caídas en el olvido”, aunque la que puso la semilla del floreciente
apasionamiento de su hermano Jorge por la literatura, a la que posteriormente
se dedicaría también como escritor.
El hermano del escritor durante la primera sesión del curso. Foto: Raquel Triguero |
“De dos sentadas”. Así definió
Jorge Cela el proceso creativo de esta novela “hecha con poesía desde la poesía”,
y que vería la luz cinco años después de iniciarse. Lo haría además con un capítulo
menos tras pasar por la censura; cuestión ésta tratada durante el coloquio que
se sucedería posteriormente y que fructificaría en disparidad de opiniones a
cuenta de la sensibilidad de la época ante el tratamiento literario de
cuestiones como el incesto o el sexo.
Los biógrafos de Cela, Tomás García Yebra y Francisco García Marquina, aportaron sus conocimientos sobre el Nobel. Foto: Raquel Triguero |
Jorge Cela también tuvo un
recuerdo para otra de las obras olvidadas de Camilo José Cela, Pabellón de
reposo, una novela surgida a partir de la experiencia personal del escritor,
que padeció tuberculosis pulmonar, y de la que ofrecería algunas pinceladas sobre
la sencillez de su lenguaje y de su extrema sensibilidad.
Testimonios gráficos de Cela en La
Alcarria
Pero no sólo de palabras estuvo la tarde llena. Las imágenes
del Nobel a su paso por la provincia también reclamaron su parte de protagonismo
en la sesión del Curso de Verano de la UNED gracias a la exposición que la
Diputación provincial de Guadalajara ha montado en la sala de exposiciones del
Centro San José en el marco de la celebración del nacimiento del Nobel y de los
70 años desde que realizara su primer viaje a la Alcarria. Una exposición que bajo
el título Cela siempre en La Alcarria atestigua con documentos, recortes de
periódico, fotografías, pinturas y vídeos la huella que don Camilo dejó para
siempre en esta tierra y sus gentes.
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